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miércoles, 4 de junio de 2025

Rutinas, ejemplos y amor


Por Marilys Suárez Moreno

Los hijos son nuestro tesoro más valioso, nadie lo pone en duda. Desde que nacen volcamos en ese pequeño ser, no solo nuestro inmenso amor, sino mucha dedicación, ternura, expectativas y esperanzas para su vida futura, pues siempre queremos que alcancen las metas que nosotros no logramos y cuánto bueno se propongan.

Pero educarles, verles crecer y recrearnos en sus pequeños-grandes logros pasa por diferentes etapas, cada una con características y singularidades propias de cada niño o niña, pues ninguno es igual al otro.

miércoles, 28 de mayo de 2025

Hábitos, necesidad de vida


Por Marilys Suárez Moreno

Un hábito es una acción de la persona que, de forma voluntaria o involuntaria, llega a transformarse en una práctica automática o inconsciente, puede ser reflejo o no de ciertas situaciones. Los buenos hábitos comienzan desde la cuna. Por eso es preciso que madres y padres cumplan lo establecido en el horario de vida del niño o niña apenas nace.

Resulta imposible exigir cuando se trastorna la correcta distribución del tiempo dedicado a los diferentes procesos que regulan la existencia infantil, tales como alimentación, sueño, vigilia, aseo, y se refrieren tanto a las necesidades básicas o primarias mencionadas y que garantizan un bienestar individual, como a aquellos que tienen que ver con las relaciones del infante con el mundo: convivencia, orden, normas de respeto y cortesía, necesarios a lo largo de la vida para ingresar en un grupo o colectivo y acomodarnos dentro de él.

miércoles, 21 de mayo de 2025

Responsabilidad, una premisa insoslayable


Por Marilys Suárez Moreno

Tal parece que la irresponsabilidad se adueña del comportamiento infantil en muchos hogares hoy día. Lo triste del caso es que gran parte son chicos o chicas de corta edad y, por ende, sujetos a la potestad familiar.

La mayoría de estos infantes, generalmente varones, campean por sus respetos, desconociendo órdenes, autoridad, deberes, aunque a fuerza de ser justos, no hay que culparlos totalmente, pues nunca tuvieron más sujeción que la que ellos mismos se dieron con la entera anuencia de sus padres, por lo general, la permisividad de la madre, siempre blanda a la hora de ponerle límites.

miércoles, 14 de mayo de 2025

Prevalencia de la honestidad


Por Marilys Suárez Moreno

Como hemos dicho alguna vez, la honestidad no viene en el ADN, por lo que tempranamente debemos inculcarle a niñas y niños el sentido de la responsabilidad, del respeto por las pertenencias ajenas, y algo muy importante, por la propiedad social. Y es que la honestidad debe prevalecer en todos los espacios de la vida.

En la casa, en el trabajo, en la escuela y en toda la sociedad, la honestidad es un blasón de la decencia. La persona honesta aúna en su ser grandes valores y, con seguridad, es mucho más feliz que muchos de sus semejantes.

A veces, casi sin darnos cuenta, pequeñas incidencias en la vida familiar inicia al niño o niña en la deshonestidad. Es posible que cometa errores a causa de su lógica inexperiencia o de ejemplos negativos, pero si no se procede a tiempo puede generarse una conducta antisocial y desarrollar una personalidad que haga del embuste y la falsía un vicio y una razón de ser.

miércoles, 26 de marzo de 2025

Siempre el respeto

 


Por Marilys Suárez Moreno

En Cuba, niñas y niños tienen garantizados desde su nacimiento todos sus derechos, incluidos su protección y sano desarrollo. Mas las primeras nociones de convivencia humana las reciben en el hogar, con la familia, donde se sientan las bases de su formación integral, moral, física, estética, laboral, patriótica, ética.

Cuando se habla de amor a la verdad, del principio de la honradez, de la honestidad y la vergüenza ciudadana, cosas tan fundamentales en la vida del ser humano, deben establecerse, como siempre decimos, desde la cuna y, por ende, es muy importante que todo lo que rodee a la niña o niño esté impregnado de esos preceptos, ya sea en el hogar, la escuela o el barrio.

Cada infante tiene una personalidad diferente y como tal hay que verles y así tratarles. Hablar de las diferencias, pero sin emitir juicios acerca de ellas, favorece la situación y aunque ninguna mamá o papá hace diferencias entre sus hijos e hijas, si les tratamos en ocasiones de manera diferenciada. Y la respuesta es simple. “Es que ustedes son muy diferentes, lo cual es maravilloso. Por eso tengo que tratarles de manera distinta”.

miércoles, 12 de marzo de 2025

¡Ha, el ejemplo!


Dadme un niño hasta la edad de siete años y os responderé del resto de su vida.

José de la Luz y Caballero



Por Marilys Suárez Moreno

Papá, feliz de la “hombría” de su vástago, le daba a beber unos sorbos de cerveza. El niño, unos seis años, hacia muecas, pero tragaba complaciente, contento de ser objeto de la atención de los presentes que, entre risas, le celebraban la gracia.

La escena la presencié hace pocos días en casa de una vecina, pero no era la primera vez que veía ese tipo de proceder. Sucede también con los padres fumadores, que mandan al niño o a la niña a que les alcancen el cigarro, que pasan de la mano de papá a la de mamá, o con aquellos que hacen del hogar un calvario por la violencia que despliegan contra la madre o los propios hijos.

¿Qué idea podrá formarse de su conducta un menor viendo a sus progenitores actuar de ese modo? Ningún juicio racional y seguro. No olvidemos que niñas y niños aprenden observando, imitando el comportamiento de quienes lo rodean. Si los mayores no ofrecen los mejores ejemplos, resulta imposible esperar que el infante actúe en correspondencia.

miércoles, 26 de febrero de 2025

Necesidades de siempre

 


Por Marilys Suárez Moreno

El amor es una necesidad del ser humano que en el niño o niña alcanza todavía más importancia. Los menores de cinco años son los más necesitados de la atención del adulto, fundamentalmente en los dos primeros años de vida. Por eso, el tiempo que se les dedica nunca es excesivo, porque el pequeño ser necesita para sentirse seguro o satisfecho, saber que lo aman, que es importante para los que lo rodean, que las personas que se relacionan con él están contentas de atenderlo y estar a su lado.

No basta con que se lo digan o lo llenen de regalos complacientes, hay que demostrárselo con hechos y acciones afectivas, mantenidas a través de todo el tiempo en que se esté junto a la criatura, prodigándoles mucho amor, ternura y mimos.

Después de las edades tempranas, el tiempo de dedicación ha de ir decreciendo, puesto que aumentan las posibilidades de valerse por sí mismo y hacerse más independiente, lo que no quiere decir que lo dejemos a su libre albedrío.

martes, 18 de febrero de 2025

Autoestima y autonomía van de la mano

 


Por Marilys Suárez Moreno

Uno de los factores que más influye en la formación de la personalidad infantil es la confianza y la seguridad que siente de saber que cuenta con el apoyo y la aceptación de sus padres y de que encontrará en ellos la orientación adecuada en el momento que la necesita.

Si nuestros hijos crecen en un ambiente de seguridad, lograrán desarrollar un buen nivel de confianza en ellos mismos; serán capaces de enfrentarse al presente y al porvenir sin las dudas y complejos que atormentan a los infantes que no reciben ayuda y orientación cuando la reclaman, un detalle fundamental, porque fomentamos en nuestra descendencia el cultivo de la autoestima y la adquisición de autonomía.

jueves, 6 de febrero de 2025

Actitudes perfeccionistas

 




Por Marilys Suárez Moreno

Si una excesiva tolerancia puede traer malos resultados, al convertir a niñas y niños en seres caprichosos y libres de obligaciones hacia los demás, las exigencias en demasía también pueden acarrear situaciones funestas, por aquello de que los extremos siempre son malos.

Algunas personas pudieran calificarse de perfeccionistas, por lo mucho que se esfuerzan para que sus cosas queden idealmente perfectas, y se toman todo el tiempo del mundo para realizarlas.

viernes, 31 de enero de 2025

Herencia fabulosa


Por Marilys Suárez Moreno

Casi desde que el niño o niña nace, se le enseña lo que debe y no debe hacer. “Eso no se hace”. Eso no se toca”, “Las paredes no se pintan”, “No le puedes pegar al gatito”, “Los niños no dicen malas palabras”..., Y así un montón de preceptos educativos que el infante irá asimilando a medida que crece y que el buen ejemplo de sus mayores le inculcarán cada día.

Si, porque además de crear una pésima impresión en los demás, la mala educación puede llegar a acarrearnos serios problemas con las leyes cuando se incumplen sus normativas, como sucede, por desgracia, gran parte del tiempo.

martes, 7 de enero de 2025

El mejor momento


Por Marilys Suárez Moreno

Javierito tiene tres años y ya campea por sus fueros por toda la casa. Se encarama sobre los muebles, pinta las paredes, tira al piso cuanto objeto encuentra a su paso, arranca las hojas de las plantas. Pero nadie osa requerirlo. “Es chiquito todavía”, se dicen, confiados en que el tiempo y la escuela lo educaran.

Craso error. Es desde las edades tempranas y en el seno del hogar donde se deben aprender las normas correctas de convivencia social .Por lo tanto, es un buen momento para iniciarlas y plantear los primeros límites, dado que el niño va creciendo y a los cambios físicos, psíquicos, emocionales, se unen otras necesidades: moverse, manipular objetos, explorar cuanto le rodea, jugar, preguntar.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

Amor propio



Por Marilys Suárez Moreno

La emoción de haber dominado una tarea puede observarse en los bebés cuando se voltean, agarran un juguete o intentan pararse una y otra vez. Experiencias que proveen la base para el aprecio a sí mismos, para el amor propio que todos tenemos desde que venimos al mundo.

Cuando los padres estimulan al bebé que acaba de aprender a hacer algo solo, refuerzan o abren una futura sana imagen de sí mismo.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Razones que Convenzan

  



Por Marilys Suárez Moreno

Las sanciones tienen que aplicarse asociadas en tiempo y espacio cuando ocurran, ni antes ni después, si es que se desea dejar un buen ejemplo. Por lo regular, el adulto que castiga está molesto por la mala conducta del menor. Si ha roto un objeto, ensuciado las ropas, o perdido algo, ciertos padres se mortifican por las consecuencias de esa conducta y apelan enseguida a un buen castigo.

En otras ocasiones, si el infante se porta mal en un lugar público, no está tranquilo en una visita, o por cualquier otro motivo “hace quedar mal al familiar”, y esto provoca irritación. En estos casos, la persona, entiéndase madre, padre o persona a cargo, descarga su malestar a través del castigo.

miércoles, 30 de octubre de 2024

Familia, alma de la sociedad


Por Marilys Suárez Moreno

Comienzo con una pregunta. ¿Alguna vez ha sentido que, a pesar de compartir la mesa, algún que otro programa de la televisión e incluso los paseos, cualquiera de los miembros de la familia se comporta distante y hasta desconsiderado entre sí?

Pues sí, ocurre, porque la coexistencia en armonía no siempre puede sostenerse, y los valores que son sus verdaderos pilares, se ven amenazados por diversas circunstancias, máxime cuando el clima afectivo, educativo, pacífico y amoroso atraviesa problemas, como la propia disfuncionalidad de la familia, pongamos por caso.

Vivimos tiempos complejos, verdaderamente difíciles y esa situación repercute también en el ámbito familiar.

miércoles, 23 de octubre de 2024

Paciencia, una virtud

 


Foto: Unicef Cuba

Por Marilys Suárez Moreno

De pie ante Danielito, su hijo de 12 años, fuerte y espigado para su edad, Laura se pregunta qué va a hacer con él, pues el muchacho se le encara y se muestra bastante desobediente ante cualquier reclamo suyo. Ella es madre soltera y aunque el padre de su hijo la ayuda económicamente, hasta ahí llega su preocupación.

Demás está decir que Laura es de esas personas que no tienen mucha paciencia y la poca que le queda la pierde con “las cosas de su niño”, aunque sus amistades le dicen que así no va a disciplinarlo y lo volverá más rebelde, pero ni modo.

Hace rato que el chico la llevó al paroxismo de su poco o ningún aguante y a estas alturas no conoce ni el significado de la palabra paciencia que le repiten hasta el cansancio, y por cualquier cosa la emprende a golpes y a gritos contra el muchacho, en su afán de hacerlo entrar por el aro, como ella dice.

miércoles, 16 de octubre de 2024

La imparcialidad en la balanza


Por Marilys Suárez Moreno

La mejor manera de actuar con justeza ante el comportamiento infantil radica en saber aceptar a la niña o el niño tal como son, destacando los rasgos positivos y tangibles que tienen y no exigiéndoles más de lo que sus medios y posibilidades les permiten.

A veces los padres no saben ver en su actuación hacia los menores la explicación de algún problema surgido. Por ejemplo, una discusión entre hermanos porque ninguno respeta los derechos del otro. Entonces, castigan a los dos niños sin analizar las causas verdaderas: sin ver que en muchas ocasiones son los propios adultos los que toman, usan, cambian de lugar o botan las pertenencias de los infantes, sin contar con ellos y sin brindarles un ejemplo de cómo comportarse adecuadamente, dando lugar a una decisión parcial y, si se quiere, arbitraria.

miércoles, 11 de septiembre de 2024

La Escuela, como propia

 


Por Marilys Suárez Moreno

Como todas las iniciaciones siempre hay expectativas, miedos, entusiasmo, alegría. Seguramente experimentando algunos de esos sentimientos y otros muchos más, se levantaron tempranito el pasado 2 de septiembre las y los pequeños que comenzaron su etapa prescolar.

Y ciertamente, la entrada a una escuela el primer día de clases de los niños y las niñas que comienzan el largo camino del saber, refleja las más disimiles reacciones infantiles, según la singularidad de cada infante.

Algunos desbordan entusiasmo, a tono con un carácter más extrovertido, mientras que otros u otras se aferran a las manos de papá y mamá, temerosos de lo que les aguarda tras las puertas del lugar que le han dicho será su escuela.

miércoles, 21 de agosto de 2024

Crecen sin pedir permiso


Por Marilys Suárez Moreno

Mariana no concebía lo que su hijo mayor le decía. Tanto él como su hermano disfrutaban de su adolescencia y exigían que los dejaran salir ese fin de semana a una casa en la playa, donde una de las muchachitas del grupo iba a celebrar sus 15 años. ¿Por qué no podemos, por qué?, repetían una y otra vez, sacándola de sus casillas.

Ella estaba divorciada del padre de los muchachos y, aunque éste era un papá ocupado y preocupado por sus hijos, ahora mismo no estaba a su lado, apoyándola, quizás en sus negativas, se decía, mientras sus pensamientos viajaban hacia aquellas criaturas que muy pronto dejaron los pañales, la toma de leche a sus horas y los pasitos inseguros de su aprendizaje.

Crecieron y ella apenas lo percibió. Crecieron dejando atrás los cumpleaños de su primera infancia, los juegos, el círculo infantil, los uniformes y mochilas listas para adentrarse en su primera vez a la escuela. Crecieron también en la obediencia y la desobediencia familiar, como suele ocurrir.

miércoles, 14 de agosto de 2024

El momento de empezar


 

Por Marilys Suárez Moreno

Javier tiene tres años y ya campea por sus fueros por toda la casa. Se encarama sobre los muebles, pinta las paredes, tira al piso cuanto objeto encuentra a su paso, arranca las hojas de las plantas. Pero nadie osa requerirlo. “Es chiquito todavía”, se dicen, confiados en que el tiempo y la escuela lo educarán.

Craso error. Es desde las edades tempranas y en el seno del hogar que se deben aprender las normas correctas de convivencia social, por tanto, es un buen momento para iniciarlas y plantear los primeros límites, dado que el niño va creciendo y a los cambios físicos, psíquicos y emocionales se unen otras necesidades: moverse, manipular objetos, explorar cuanto le rodea, jugar, preguntar.

Muchos padres se preocupan por crear buenos hábitos de sueño, alimentación, etc., pero no toman el interés necesario para enseñar al hijo modales de cortesía y formas de respeto mutuo, indispensables para la vida en sociedad. Se precisa, pues, acostumbrarlo a cumplir lo que se le pide y a no hacer aquello que se le prohíbe, además de incorporar a su comprensión el significado del “no se puede”, “no se debe”, “no se toca”. Inculcar esta obediencia demanda que las exigencias planteadas correspondan con sus posibilidades, según la edad.

miércoles, 3 de julio de 2024

Límites y fronteras

 

Por Marilys Suárez Moreno

La vida de Melissa está regida por el reloj. Apenas comenzó el prescolar, su mamá la inscribió en una escuela de baile español y en clases de inglés, cerca de su casa. Hoy la niña tiene 10 años y su escaso tiempo libre lo emplea en estudiar y jugar en su computadora. Algo similar ocurre con Anthony, de ocho años, inscrito en un grupo de baile y cuya agenda se completa con tres días de repaso a la semana.

Daniel, por su parte, vive su infancia sin mayores presiones que las de aprobar el grado y estar a las nueve de la noche en casa para bañarse, comer y hacer las tareas. Lo mismo sucede con Josué, Cristian, Anabel, Melanie y el Dany, otros chicos y chicas del barrio, quienes apenas llegan de la escuela corretean por la calle, ajenos a los regaños de los vecinos, hasta que son llamados a gritos, generalmente por sus madres, interrumpiendo el jolgorio que se prolonga hasta tarde en la noche para disgusto del vecindario.

Muchos de estos menores se bañan y comen a las tantas de la noche, ajenos a los límites o normativas que deben pautar la vida infantil desde la más temprana infancia, porque desde muy corta edad se han acostumbrado a conseguir lo que desean y hacer su voluntad, sin que sus familias se preocupen mucho por ello.