Por Marilys Suárez Moreno
Comienzo con una pregunta. ¿Alguna vez ha sentido que, a pesar de compartir la mesa, algún que otro programa de la televisión e incluso los paseos, cualquiera de los miembros de la familia se comporta distante y hasta desconsiderado entre sí?
Pues sí, ocurre, porque la coexistencia en armonía no siempre puede sostenerse, y los valores que son sus verdaderos pilares, se ven amenazados por diversas circunstancias, máxime cuando el clima afectivo, educativo, pacífico y amoroso atraviesa problemas, como la propia disfuncionalidad de la familia, pongamos por caso.
Vivimos tiempos complejos, verdaderamente difíciles y esa situación repercute también en el ámbito familiar.