Por Marilys Suárez Moreno
Como todas las iniciaciones siempre hay expectativas, miedos, entusiasmo, alegría. Seguramente experimentando algunos de esos sentimientos y otros muchos más, se levantaron tempranito el pasado 2 de septiembre las y los pequeños que comenzaron su etapa prescolar.
Y ciertamente, la entrada a una escuela el primer día de clases de los niños y las niñas que comienzan el largo camino del saber, refleja las más disimiles reacciones infantiles, según la singularidad de cada infante.
Algunos desbordan entusiasmo, a tono con un carácter más extrovertido, mientras que otros u otras se aferran a las manos de papá y mamá, temerosos de lo que les aguarda tras las puertas del lugar que le han dicho será su escuela.