Por Marilys Suárez Moreno
La cuestión básica en la crianza y educación de los hijos e hijas es amarlos y hacérselos saber. Esto no es una técnica ni un procedimiento, sino un sentimiento, una condición cardinal para padres y madres.
Uno de los factores que más influye en la formación infantil es la seguridad emocional y física. Saber que cuenta con el apoyo y la aceptación de sus padres y que encontrará siempre en ellos la orientación adecuada en el momento que la necesite, es de vital importancia para el niño o niña en cualquier etapa de su infancia y adolescencia. De hecho, las acciones surgen, la mayoría de las veces, sin técnicas aprendidas o recetas ajenas. Brota, eso sí, cuando hay un genuino y profundo sentimiento de aceptación y amor hacia el niño o niña. Sin esa emoción y esa ternura únicas que prodiga la familia, no hay ciencia en el mundo que logre criar y educar bien. Pasa como con los cimientos de una vivienda, si sus bases no son las exigidas para su construcción, no hay arquitectura que consiga erigir la más bella de las edificaciones.