domingo, 29 de junio de 2025
Delia Fiallo y el privilegio de ¿amar? en modo melodrama
viernes, 27 de junio de 2025
Tania Castellanos: la voz cubana del filin
Helen Keller: La fuerza de una revolucionaria
martes, 24 de junio de 2025
Las grandezas de Doña Leonor
sábado, 21 de junio de 2025
Bertha von Suttner: pacifismo y pluma de mujer
lunes, 16 de junio de 2025
La mujer que le pidió al cielo que se quitara el sombrero
jueves, 12 de junio de 2025
Elna, la maternidad como resistencia: la historia de Elisabeth Eidenbenz
jueves, 29 de mayo de 2025
Cartas y notas de Vilma en El fuego de la libertad
jueves, 22 de mayo de 2025
La Calandria de Cuba
martes, 20 de mayo de 2025
Carmen Villar: Una voz indomable en la lucha por la justicia
Por Lisandra Chaveco
jueves, 15 de mayo de 2025
Martí y los clubes de la emigración
miércoles, 7 de mayo de 2025
Celia en el alma del pueblo
martes, 18 de marzo de 2025
Embrujada por la escultura
Por Marilys Suarez Moreno
miércoles, 19 de febrero de 2025
Fanny Edelman: "En todo me mueve el amor"
miércoles, 12 de febrero de 2025
La Capitana de vuelta abajo
martes, 11 de febrero de 2025
Anticipada a su siglo
viernes, 7 de febrero de 2025
La abanderada de la división mambisa
miércoles, 29 de enero de 2025
Heroína por excelencia
jueves, 23 de enero de 2025
Amalia, amor y dignidad
sábado, 11 de enero de 2025
Una imagen imborrable
Por
Marilys Suárez Moreno
Celia, indispensable en la guerrilla y en toda la Revolución. Salvaguarda de la historia, quien guardó escritos, anotaciones y cartas para el futuro. A 45 años de su fallecimiento, el 11 de enero de 1980 está más presente que nunca.
Las aguas del Golfo de
Guacanayabo bañaron su nacimiento en Media Luna, al sur de la antigua provincia
de Oriente, el 9 de mayo de 1920. Celia Esther de los Desamparados Sánchez
Manduley se llamó la niña que,
convertida en mujer y con una riquísima historia de luchas por delante,
escribió su nombre para siempre en la historia patria.
Hurgar en sus condiciones sería como bucear en la sencillez, cordialidad, ternura, humildad, aunque muchas, muchas más, fueron las virtudes que la adornaban y que honraban sus raíces cubanas. Huérfana de madre con solo cuatro años, su padre, médico y dentista de profesión tuvo que hacerse cargo de sus hueve hijos. En ese ambiente de dedicación y entrega, de patriotismo y buenas costumbres creció la pequeña Celia, cuya personalidad fue perfilándose y enriqueciéndose al paso de los años y de las enseñanzas de su padre, Manuel Sánchez.