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domingo, 7 de julio de 2024

Isabel Rubio, razones para la libertad


Por Marilys Suárez Moreno

Dicen que fue una mujer de armas tomar y su historia de vida no deja dudas sobre la también llamada Capitana de Vuelta Abajo. Ferviente seguidora de los planes insurreccionales de José Martí, con quien llegó a entrevistarse personalmente en Nueva York, en 1895, María Isabel del Rosario Rubio Díaz se destacó entre las mujeres que buscaban la independencia de Cuba del yugo colonial español.

Nacida el 8 de julio de 1837 en Paso Real de Guane, Pinar del Rio, en el seno de una familia adinerada, la joven recibió determinada instrucción y conocimientos de medicina y farmacopea, los cuales le permitieron establecer una farmacia y, a posteriori, prestar inestimable ayuda a las huestes mambisas que combatían en el Ejército mambí en los días de la llamada Guerra Necesaria; aunque ya lo había hecho al inicio de la Guerra de los Diez Años, no obstante las limitaciones de aquella contienda en el Occidente del país.

domingo, 3 de marzo de 2024

La Capitana de vuelta abajo


Por Marilys Suarez Moreno

Cuando Antonio Maceo llegó triunfante a Guane, el 20 de enero de 1896, después de recorrer la Isla para llevar la insurrección a su extremo más occidental, el pueblo entero se congregó en las calles para acoger a la gloriosa columna encabezada por el Titán de Bronce.

Para una mujer en especial, la presencia de Maceo en Guane tuvo extraordinaria significación. Era Isabel Rubio Díaz, una mujer de baja estatura y sonrisa bondadosa, con un historial de vida que la engrandecía ante los ojos de su pueblo natal. Una pinareña bien conocida en la zona por sus méritos y aportes revolucionarios a la lucha emancipadora y Delegada desde 1893 del Partido Revolucionario Cubano en Paso Real de Guane.

La patriota estaba entre la masa de pueblo que recibió a Maceo, quien ese día le confirió a Isabel el grado de Capitana de Sanidad. Ocasión que ella aprovechó para incorporarse al Ejército Libertador “Hasta morir o alcanzar la independencia”, según sus propias palabras. Apasionada, tenaz, la pinareña no entendió más razones que las de la libertad y la independencia de Cuba.