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viernes, 27 de junio de 2025

Helen Keller: La fuerza de una revolucionaria



Por Aime Sosa Pompa

Cuando escuchamos o leemos el nombre de Helen Keller, muchas asociamos su historia a la superación, al milagro de aprender a comunicarse sin poder ver ni oír. Pero detrás de esa imagen especial, había una mujer radical, incómoda para su época, con ideas claras y sentimientos fuertes… aunque muy pocos estuvieran dispuestos a atenderla.

Helen no solo fue una mujer con sordoceguera como otras tantas personas de su época que aprendió a comunicarse; fue, para bien de ella, una activa abanderada de los derechos humanos, feminista convencida, socialista militante y defensora de las personas con discapacidad mucho antes de que se empezara a pensar en accesibilidad e inclusión.

Nació un 27 de junio de 1880 en Estados Unidos, perdió la vista y el oído antes de cumplir los dos años por una enfermedad febril y lo que parecía una historia novelesca de un folletín sin final feliz; se convirtió en una leyenda.

jueves, 26 de junio de 2025

Un campo de batalla

 Por Zucely de Armas Almarales

Dania aún recuerda el frío metálico de la camilla y la voz tajante del médico que, sin siquiera mirarla a los ojos, le dijo: “No deberías tener este hijo, no vas a poder cuidarlo”. Ella, mujer habanera de 35 años que vive con una discapacidad motora y utiliza silla de ruedas desde la infancia, no esperaba compasión, pero tampoco imaginó que su deseo de ser madre sería tratado como un acto irresponsable. “Me hicieron sentir que ser madre no era un derecho mío. Como si estuviera cometiendo un delito”, dice Dania con una mezcla de rabia y tristeza.

jueves, 19 de junio de 2025

Palacios de cartón


Pese a que no existen cifras públicas actualizadas son varias mujeres en situación de discapacidad las que se encuentran en situación de calle. Magda, quien solía rondar por las calles de 10 de octubre, era una de ellas.

Por Zucely de Armas Almarales

Cada día, al girar la calle rumbo a mi casa, la veía de nuevo. Permanecía en su silla de ruedas, las manos huesudas extendidas pidiendo algo, la misma expresión de socorro en sus ojos. Cada día tropezaba con esa mujer que pedía en una esquina de la calzada 10 de Octubre. Con su fe intacta.

A veces le daba algo de comida, pero otras veces nada, no me quedaba más remedio que seguir. Aceleraba el paso con el rostro inclinado hacia abajo, evitando a toda costa que nuestras miradas se cruzaran. Ella creía que no la escuchaba; se equivocaba, una puede cerrar los ojos, pero no los oídos.

Nadie en el barrio sabía su nombre real apenas se le conocía, pero cada vez era más “normal” verla por ahí. Magda, como la llamaban los vecinos acostumbrados a su presencia, era una de las personas con discapacidad y sin hogar que andan por las calles.

miércoles, 18 de junio de 2025

La casa de los lunes


Desde las alturas, nada revela lo que sucede puertas adentro. En un rincón de 10 de octubre, una casa sin nombre se convierte cada lunes en refugio y red de apoyo.

Por Zucely de Armas Almarales

En el barrio de Lawton, en una cuadra donde las aceras están más rotas que enteras, hay una casa pintada con cal. En una pared blanca frente a la puerta hay escritos estos versos de Lorca: "Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo”. Allí vive Yailín Martínez, 42 años, madre soltera, cuidadora a tiempo completo y mujer de muchos silencios.

Yailín vive con Inés Martínez, su hija, quien convive con una discapacidad físico-motora producto de un accidente. Comencé a visitarlas una tarde de octubre, después de muchos saludos a la distancia, decidí acercarme a conversar. Antes Inés siempre estaba feliz, ahora, a veces se pone triste y su tristeza coincide con nuestras charlas por la tarde. Lleva semanas diciendo que está contenta en su casa y cada vez que lo dice a mí me entran ganas de llorar un poco, pero nunca lo hago. Aun así, a veces Inés se pone triste.

Desde hace unos meses, cada lunes, a las cinco y media de la mañana, comienzan su ritual. Despiertan con el rumor del barrio que bosteza: el panadero, la cisterna que gotea, un gallo que canta tarde. Inés comenzó a estudiar en casa, luego de que en su antigua escuela la maltrataran y se burlaran de ella.

sábado, 7 de junio de 2025

¿Si denuncio alguien va a entenderme?





Por Zucely de Armas Almarales

María Elena vive con el recuerdo de cuando fue a denunciar, cuenta que el policía le dijo que no la podía ayudar porque ella no entendía bien las cosas. “Como si ser sorda me hiciera mentirosa”, cuenta María Elena*, una mujer de 42 años con discapacidad auditiva que vivió violencia física y psicológica durante más de ocho años.

Cuando finalmente logró reunir el valor para acudir a la estación de policía, no había intérprete de lengua de señas, ni paciencia en la mirada de los oficiales. “Me trataron como si fuera una niña caprichosa. Me hicieron repetir todo, una y otra vez, y al final no levantaron la denuncia”, recuerda con impotencia.

jueves, 5 de junio de 2025

En el centro de la agenda

 



Por Zucely de Armas Almarales


La discapacidad no es una tragedia. La verdadera tragedia es la forma en que la sociedad responde a ella.

Judith Heumann,

activista por los derechos de las personas con discapacidad.


En la periferia de La Habana, en los barrios descuidados, en los más apartados, viven muchas mujeres con discapacidad atrapadas en una red de pobreza, violencia estructural y exclusión social*.

Según datos del Anuario Estadístico de Salud de Cuba (2022), más de 373 mil mujeres en el país, viven con algún tipo de discapacidad. De ellas, una parte importante puede residir en zonas rurales o barrios preteridos, donde el acceso a servicios básicos es limitado y las oportunidades de empleo, casi inexistentes.

El Informe de Cuba ante el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD, 2019) reconoce que la situación de las mujeres con discapacidad “amerita un tratamiento específico debido a las múltiples formas de discriminación que enfrentan”.

sábado, 24 de mayo de 2025

Esther nunca estará sola: testimonios de mujeres víctimas de violencia de género (II)



Por Gabriela Orihuela

En los últimos años se ha visibilizado con mayor fuerza, desde los medios de comunicación, la violencia machista; no es suficiente, pero se hace notar la necesidad de seguir abordando el tema. Disímiles son las historias que podemos mostrar; cada una de ellas guarda, entre líneas y sentires, mensajes de fortaleza, resiliencia, luchas internas y otras más visibles. Narrar los testimonios de mujeres víctimas de violencia de género no es un mero acto de enunciación, puede convertirse, además, en la excusa perfecta para teorizar y educar sobre conceptos manidos, pero poco comprendidos; para conocer que existen, entre silencios y verdades; para saber que ellas, las mujeres, no están solas.

***

Soy una mujer independiente; no necesito de nadie más para vivir o ser feliz, aunque eso me hicieron creer desde que nací. Llegué a este mundo en 1948, en el mes de febrero, y nunca he podido ver los colores o las formas de los objetos, tampoco el rostro de mi mamá. El personal médico que comenzó a atenderme, en 1965, les dijo a mis padres que todo se debió a una malformación genética llamada anoftalmía bilateral, que se traduce en la ausencia de ambos ojos. ​

lunes, 19 de mayo de 2025

“El centímetro adecuado del amor”


Por Zucely Almarales

Es una tarde de abril; tiene en el mármol de la sala un cesto gris repleto de ropa por blanquear, en sus piernas un gato que la acompaña en las noches y en su dedo anular conserva aún un anillo de compromiso que le da vértigo mirar. Ella se queda mirando las formas, los colores; sobrevive en el desapego, en la distancia de mirar. Pasan los tramos de tiempo necesarios y, a fuerza de silencio y autodiscursos convincentes, cree estar, por fin, en el centímetro adecuado del amor.

Laura Navarro, Lauri, como prefiere ser llamada, nació en La Habana y dice que creció sin saber que era autista; uno de los tantos casos de diagnóstico tardío. A los seis años le decían que era tímida, a los diez que era demasiado callada, pero eso era “lo normal en las niñas”. Luego de los 15 comenzaron a decirle que era “rara” pero nadie supo ver que detrás de su silencio y su distracción había una condición: autismo.