Por Zucely de Armas Almarales
La discapacidad no es una tragedia. La verdadera tragedia es la forma en que la sociedad responde a ella.
Judith Heumann,
activista por los derechos de las personas con discapacidad.
En la periferia de La Habana, en los barrios descuidados, en los más apartados, viven muchas mujeres con discapacidad atrapadas en una red de pobreza, violencia estructural y exclusión social*.
Según datos del Anuario Estadístico de Salud de Cuba (2022), más de 373 mil mujeres en el país, viven con algún tipo de discapacidad. De ellas, una parte importante puede residir en zonas rurales o barrios preteridos, donde el acceso a servicios básicos es limitado y las oportunidades de empleo, casi inexistentes.
El Informe de Cuba ante el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD, 2019) reconoce que la situación de las mujeres con discapacidad “amerita un tratamiento específico debido a las múltiples formas de discriminación que enfrentan”.