jueves, 19 de junio de 2025

Palacios de cartón


Pese a que no existen cifras públicas actualizadas son varias mujeres en situación de discapacidad las que se encuentran en situación de calle. Magda, quien solía rondar por las calles de 10 de octubre, era una de ellas.

Por Zucely de Armas Almarales

Cada día, al girar la calle rumbo a mi casa, la veía de nuevo. Permanecía en su silla de ruedas, las manos huesudas extendidas pidiendo algo, la misma expresión de socorro en sus ojos. Cada día tropezaba con esa mujer que pedía en una esquina de la calzada 10 de Octubre. Con su fe intacta.

A veces le daba algo de comida, pero otras veces nada, no me quedaba más remedio que seguir. Aceleraba el paso con el rostro inclinado hacia abajo, evitando a toda costa que nuestras miradas se cruzaran. Ella creía que no la escuchaba; se equivocaba, una puede cerrar los ojos, pero no los oídos.

Nadie en el barrio sabía su nombre real apenas se le conocía, pero cada vez era más “normal” verla por ahí. Magda, como la llamaban los vecinos acostumbrados a su presencia, era una de las personas con discapacidad y sin hogar que andan por las calles.

Historias con píxeles



Por Aime Sosa Pompa

La vida da oportunidades como estas que intento pixelar hoy. Apuntar con un celular a un objetivo, cercano o distante, es casi ya como la tercera y obligatoria acción de cada día. Pero conseguir de esas imágenes algunas historias cotidianas, es difícil. Cada una de estas instantáneas, ninguna tomada desde el primer intento, tienen una enseñanza, quizás particular, que quiero compartir hoy. Porque sé que mañana pueden repetirse en cualquier pantalla de la geografía humana. Fueron tomadas en La Habana, Cuba, mientras caminaba en busca de un techo seguro, y a mi lado, las crónicas de otros sobrevivientes gritaban por atención. Estas fueron las que más me atraparon, sin esas compasiones lastimosas, pero sí con el sentido de que lo humano nunca es ajeno.

miércoles, 18 de junio de 2025

Vilma, legado que trasciende


Con el honor rebelde en sus raíces, supo de desvelos y contiendas guerrilleras, porque prefirió vivir del lado del deber y la justicia y, junto a Frank País se volvió empeños, arrojo y dulzura en el seno del movimiento 26 de Julio en su Santiago de Cuba.


Por Marilys Suárez Moreno

Su espíritu nos acompaña y guía, su imagen bonita continúa viva en las tres letras de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y en el trabajo continuador de su relevo, como el primer día de su estreno en la organización que a instancias de Fidel fundara y de la que nunca se ha ido, porque vive en el relevo generacional.

Vilma Lucila, Espín, la joven que protestó contra la ilegalización de su querida Universidad de Oriente, donde fue pionera en los estudios de Ingeniería Química, sin dejar de manifestarse en las calles, cara a cara con los esbirros de la tiranía y que, sin dudarlo, participó en el alzamiento armado del 30 de noviembre de 1956 bajo las órdenes de Frank, como parte de las acciones previstas para la llegada del Granma, convirtiendo su casa en cuartel general del Movimiento 26 de julio hasta su incorporación posterior al Ejercido Rebelde, transformada en guerrillera.

La casa de los lunes


Desde las alturas, nada revela lo que sucede puertas adentro. En un rincón de 10 de octubre, una casa sin nombre se convierte cada lunes en refugio y red de apoyo.

Por Zucely de Armas Almarales

En el barrio de Lawton, en una cuadra donde las aceras están más rotas que enteras, hay una casa pintada con cal. En una pared blanca frente a la puerta hay escritos estos versos de Lorca: "Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo”. Allí vive Yailín Martínez, 42 años, madre soltera, cuidadora a tiempo completo y mujer de muchos silencios.

Yailín vive con Inés Martínez, su hija, quien convive con una discapacidad físico-motora producto de un accidente. Comencé a visitarlas una tarde de octubre, después de muchos saludos a la distancia, decidí acercarme a conversar. Antes Inés siempre estaba feliz, ahora, a veces se pone triste y su tristeza coincide con nuestras charlas por la tarde. Lleva semanas diciendo que está contenta en su casa y cada vez que lo dice a mí me entran ganas de llorar un poco, pero nunca lo hago. Aun así, a veces Inés se pone triste.

Desde hace unos meses, cada lunes, a las cinco y media de la mañana, comienzan su ritual. Despiertan con el rumor del barrio que bosteza: el panadero, la cisterna que gotea, un gallo que canta tarde. Inés comenzó a estudiar en casa, luego de que en su antigua escuela la maltrataran y se burlaran de ella.

La magia de Vilma


Por Aurika Rubio

Vilma Espín, destacada revolucionaria y líder feminista cubana, poseía una personalidad multifacética que combinaba firmeza revolucionaria con sensibilidad humana.

Desde joven demostró valentía y compromiso revolucionario. Tuvo coraje al participar en manifestaciones estudiantiles contra la dictadura de Batista y al unirse al Movimiento 26 de Julio, como combatiente clandestina, bajo el seudónimo Déborah, coordinó acciones arriesgadas en Oriente y luego se unió a la guerrilla en la Sierra Maestra cuando su vida estuvo en peligro.

Mujer con gran liderazgo y visión para la emancipación femenina. Fue una pionera en la lucha por los derechos de las mujeres, fundando la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y promoviendo políticas de igualdad de género.