Madelin Villalón Semanat, sismóloga santiaguera en el buque Pourquoi-Pas. Fotos: Cortesía de la entrevistada
Por Aime Sosa Pompa
Algunas bitácoras de viajes oceánicos deberían escribirse desde la complicidad que tiene ese conocido universo carpenteriano que siempre sorprende entre lo real y lo maravilloso. Y si ese diario lo escribe una ingeniera geofísica santiaguera, doblemente Máster en Ciencias de la Geo-información y Observación de la Tierra; quien estuvo durante 30 días en un buque mientras lidiaba con “el mal del marinero” y la lejanía de su hijo adolescente en pleno período de exámenes finales; pues ese recuento podría ser inmenso, como el asombro que le regalaron las ballenas que pudo avistar desde el puente del buque Pourquoi-Pas?.
Por cierto, en francés eso significa ¿Por qué no?, cuestión muy bien respondida por miles y miles de mujeres que dicen sí a esas y otras experiencias a lo largo de todos los anales científicos del planeta.
Esta ya es una historia bordada con muchos pespuntes de desafíos donde se unieron sismos y placas, equipamientos y perfiles, 8 horas rigurosas de trabajo y hasta los avisos de un peligroso ciclón aproximándose a esas aguas.
La protagonista de esta travesía, Madelin Villalón Semanat, quiso ser vulcanóloga. Pero, como ella misma se dijo un día “en Cuba no tenemos volcanes”, y la muchachita nacida en el famoso Caney santiaguero bajó de aquellas alturas soñadas a las profundidades; y es hoy una dotada científica especializada en Peligros Geológicos en el Instituto Internacional de Ciencias de la Geoinformación y Observación de la Tierra, actualmente Facultad de la Universidad de Twente en Holanda. Desde 1997 trabaja en el Centro Nacional de investigaciones Sismológicas (Cenais).