viernes, 13 de septiembre de 2024

Pourquoi-Pas? El ¿Por qué no? de Madelin, la sismóloga santiaguera (I)


Madelin Villalón Semanat, sismóloga santiaguera en el buque Pourquoi-Pas. Fotos: Cortesía de la entrevistada

Por Aime Sosa Pompa

Algunas bitácoras de viajes oceánicos deberían escribirse desde la complicidad que tiene ese conocido universo carpenteriano que siempre sorprende entre lo real y lo maravilloso. Y si ese diario lo escribe una ingeniera geofísica santiaguera, doblemente Máster en Ciencias de la Geo-información y Observación de la Tierra; quien estuvo durante 30 días en un buque mientras lidiaba con “el mal del marinero” y la lejanía de su hijo adolescente en pleno período de exámenes finales; pues ese recuento podría ser inmenso, como el asombro que le regalaron las ballenas que pudo avistar desde el puente del buque Pourquoi-Pas?.

Por cierto, en francés eso significa ¿Por qué no?, cuestión muy bien respondida por miles y miles de mujeres que dicen sí a esas y otras experiencias a lo largo de todos los anales científicos del planeta.

Esta ya es una historia bordada con muchos pespuntes de desafíos donde se unieron sismos y placas, equipamientos y perfiles, 8 horas rigurosas de trabajo y hasta los avisos de un peligroso ciclón aproximándose a esas aguas.

La protagonista de esta travesía, Madelin Villalón Semanat, quiso ser vulcanóloga. Pero, como ella misma se dijo un día “en Cuba no tenemos volcanes”, y la muchachita nacida en el famoso Caney santiaguero bajó de aquellas alturas soñadas a las profundidades; y es hoy una dotada científica especializada en Peligros Geológicos en el Instituto Internacional de Ciencias de la Geoinformación y Observación de la Tierra, actualmente Facultad de la Universidad de Twente en Holanda. Desde 1997 trabaja en el Centro Nacional de investigaciones Sismológicas (Cenais).

En este verano de 2024, ella fue la primera de dos mujeres cubanas y santiagueras que estuvieron en un buque de investigación de la Flota Oceanográfica Francesa. La misión era incorporarse a un proyecto internacional de bojeo a lo largo de la costa sur del oriente cubano y los mares entre Jamaica y el norte de Haití, zona donde se encuentra el sistema activo de fallas gemelas en el límite norte de la Placa tectónica del Caribe.


Buque Oceanográfico Pourquoi pas en aguas del Caribe

Entre el mal del marinero, una campaña científica marina y las lejanías

En la expedición de marras participamos 2 mujeres del CENAIS. Inicialmente, estaba planificada para que fueran 55 días en el mar. Fue ahí que el director del centro me llama a su oficina y me dice que se necesitaba a un Ingeniero Geofísico para que fuera como observador por la parte cubana. Imagínate, cuando él mencionó 55 días continuos en un barco en alta mar, sin tocar ningún puerto, alcé las cejas, jajaja. Me pasaron muchas cosas por la cabeza, ¡uff! tantos días…, pero como nunca he sido negativa ante el trabajo le dije que sí, que aceptaba ir.

Un tiempo después, debido a algunos ajustes en el calendario y duración de la expedición, se decidió dividir en 2 etapas el trabajo en el barco. Se acordó que participaran más compañeros y así quedó completado el equipo de observadores cubanos que íbamos a acompañar a los colegas del proyecto francés. Estos fueron: el Dr. C. Bladimir Moreno Toirán junto conmigo y el Dr. C. O´Leary González Matos junto con la M. Cs. Zulima Rivera Alvarez.

La campaña científica marina Haití-TWiST tiene por objeto comprender mejor los riesgos asociados al sistema activo de fallas gemelas situado en el borde septentrional de la placa tectónica del Caribe. Se llevó a cabo a bordo del Buque Oceanográfico Pourquoi pas?, perteneciente a la Flota Oceanográfica francesa, que desde el 2018 es gestionada por el IFREMER. Eran varias decenas de investigadores. Un grupo importante pertenecía al instituto líder del proyecto, el IFREMER, otros pertenecían a instituciones y universidades de Francia y otros países. Te puedo nombrar al Dr.C. Walter Roest, el jefe de la Misión y a la Dra.C. Chastity Aiken, segunda jefa. Ambos profesionales muy preparados y verdaderamente comprometidos con el trabajo. Diariamente estaban pendientes de la parte organizativa y técnica, y de que lo planificado saliera bien, haciendo los ajustes necesarios cuando surgían imprevistos. Estas personas, al igual que el resto de los miembros del equipo científico, conocían al dedillo lo que había que hacer, realmente me causaron una gran impresión.


Madelin como parte del equipo de observadores cubanos en la campaña científica marina Haití-TWiST

Fue una experiencia muy interesante, desde el punto de vista profesional me permitió actualizar conocimientos que había adquirido durante la carrera, pero bueno, también tuve muchas experiencias agradables que recordaré siempre y otras no tanto, como haberme sentido mareada durante algunos días. Por suerte, en el barco había una enfermería para la atención médica. Sufrí mareos desde el primer día que el barco zarpó, pasé cerca de 10 horas sumamente mareada y con tremendas náuseas, pero el parche de medicamento que me administraron surtió efecto ya en la noche; fue terrible. Así pasé varios días con ese medicamento para prevenir. Luego, como a la semana, el barco navegaba muy velozmente y me volví a sentir mareada, lo soporté. Por último, volvieron los mareos y las náuseas casi 10 días antes de terminar la travesía; ahí sí fue lo peor: casi 4 días seguidos sintiéndome muy mal. Pero todo se solucionó con un nuevo medicamento y así pude terminar felizmente la misión. Curiosamente, a eso le llaman el mal del marinero, pero todos los tripulantes estaban como pez en el agua ja jajaja, muy bien adaptados. Mi estancia en el barco debía durar 34 días, pero la entrada del huracán Beryl en el mar Caribe occidental hizo que se acortara a 30 días.

Lo maravilloso de esta expedición apenas comenzaba, pues entre mediciones, equipamientos y las grandes profundidades marinas, más ballenas y un sismómetro apodado como El guardián de las profundidades, quedaron como lecciones de un viaje de trabajo y expedición en mares profundos del Caribe. Todo porque Madelin, la sismóloga del Caney, sabe qué responder ante un Pourquoi-Pas?

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