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domingo, 7 de diciembre de 2025

Maceo en la memoria



Por Marilys Suárez Moreno

Le llamaron el Titán de Bronce. Lo justificaba su figura hercúlea y lo bruñida de su piel broncínea, pero en Antonio Maceo Grajales coincidían no solo el genio guerrero y la integridad de su vida, sino su profundo pensamiento revolucionario y antimperialista. Con sus ideales marcados por estos principios,  tuvo una visión preclara de los acontecimientos que ocurrían en su época y se opuso rotundamente a la intervención norteamericana en Cuba.

Este siete de diciembre, pero del año 1896 cayó combatiendo en San Pedro, habanera zona de Punta Brava. Descansaba en su hamaca cuando le avisaron de la presencia en la cercana de una partida española que se había adelantado en sus predios. No lo pensó para empuñar su machete y salirle al encuentro. Ese día selló su caída en combate.

sábado, 14 de junio de 2025

Maceo y Che, dos gigantes de la historia



Por Marilys Suárez Moreno

Cuando se habla de Antonio Maceo y Ernesto Guevara, a nadie le cabe duda de que ambos trascendieron los umbrales de su época. Uno y otro sobresalieron por sus cualidades excepcionales. Por casualidad histórica nacieron un mismo día de junio, el 14, aunque en diferentes épocas y lugares.

Antonio Maceo Grajales nació el 14 de junio de 1845 en la oriental provincia de Santiago de Cuba. Ernesto Guevara de la Serna vio la luz en 1928, muy al sur del continente, en Rosario, Argentina. En ambos luchadores no solo coincidió la fecha de sus natales, sino el genio guerrero, la integridad de sus vidas, la posición antiimperialista, el internacionalismo de sus ideas.

jueves, 7 de diciembre de 2023

Una vida, una epopeya

 


“Quien intente apoderarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha".  Antonio Maceo


Por Marilys Suarez Moreno

Dos días después de iniciada la Guerra de los Diez Años (1868-1878) se incorpora Antonio Maceo junto a sus hermanos Justo y José a la guerra por la independencia. También lo hicieron Mariana Grajales, su heroica madre, Marcos Maceo, el padre y su esposa María Cabrales.

Para entonces era un joven mulato de solo 23 años y muchos ímpetus. Todos los integrantes de aquella familia de héroes, tanto hombres como mujeres, fueron tomando su puesto de combate en la manigua redentora.

Pero ¿qué motiva a un hombre y a mujeres como su propia madre y esposa se involucren en una guerra tan feroz, que le provocará tantos sinsabores y pérdidas familiares dolorosas, y que nunca pudo ver terminada?

Maceo era poseedor de una grandeza inigualable y la familia donde nació y se crio no le iba a la zaga. A él y a su gente les unía un sentimiento común: ver libre, sin yugos o ataduras de ninguna especie, a su patria.