Por Marilys Suárez Moreno
“Ya le volvió a dar la perreta”, exclamó la madre de Sheila, y agregó, “ está terriblemente malcriada y cuando no se le complace o se hace lo que ella quiere, apela a estas rabietas”. En verdad, se muestra muy colérica y violenta. No sé qué voy a hacer con ella”.
Esta frase en boca de una joven mamá me preocupó bastante, pues pensé que hablaba de una niña mayorcita y no de una bebé de dos años. Y en esa edad, los accesos de cólera son mucho más comprensibles y hasta justificables que en edades posteriores.