Por Haila Chacón Rodríguez
Marta Isabel Ramos Vegas tiene 64 años y es una de las abuelitas que asiste cada lunes, miércoles y viernes a las clases de Tai Chi, en el céntrico Parque José Martí, práctica que se ha vuelto cotidiana en diversos grupos etarios de la ciudad de Guantánamo.
“El Tai Chi me ha ayudado en mi sistema respiratorio, ya que soy asmática, así como también para la circulación y el equilibrio; después de cada sesión me siento muy bien, para mí, es fundamental, además padezco de hipertensión y gracias a los ejercicios he logrado compensarla, debería ser una opción a la que acudan todos", comentó.