No hacen falta nombres cuando entre tantas y tantas mujeres corajudas y talentosas, vibraron y vibran vidas, no exentas de anécdotas, espíritu revolucionario, heroísmo, alegrías y vicisitudes.
Por Marilys Suarez Moreno
Dicen que el suceso fue único e irrepetible aquel día. Tanta era la alegría, el espíritu unitario y combativo de aquel auditorio. Un acaecimiento único en más de un sentido porque aquel día, en el Palacio de los Trabajadores de la Central de Trabajadores de Cuba se creaba la Federación de Mujeres Cubanas, por voluntad de las propias mujeres y a instancias de Fidel y de Vilma, que las comandó desde entonces.
Se creó una fuerza de amas de casa, campesinas, trabajadoras, estudiantes, combatientes, mujeres de todas las edades y credos. Unidas y muy conscientes del rol que les correspondía jugar en aquellos momentos en la sociedad cubana, y aun nos corresponde.
Muchas historias de dedicación y amor hemos visto y escuchado desde aquel memorable 23 de agosto de 1960, fecha constitutiva de la FMC. Diferentes rostros y universos femeninos, obras e historias de vida. No hacen falta nombres cuando entre tantas y tantas mujeres corajudas y talentosas, vibraron y vibran vidas, no exentas de anécdotas, espíritu revolucionario, heroísmo, alegrías, vicisitudes y hasta lógicos miedos.