Rancys: la chef que cocina en su tiempo

Foto: Nova Take One

Por Aime Sosa Pompa

Cualquier cocina se parece a su época. Por eso Rancys Valdés Brito quiere hacer un recetario especial: uno que sea pensado, soñado y bien cocinado entre 2023 y 2024, justo cuando los escenarios de la cultura culinaria en este archipiélago cubano se adaptan y sobreviven en medio de momentos difíciles.

Es una inspirada hacedora, de las que no descansa; una de las mujeres emprendedoras, de las primeras y más dinámicas que se han dado a conocer en el transcurso cotidiano de emisoras y televisoras de cadenas nacionales e internacionales. Entrelaza tantos saberes que conversar con ella será como hacerlo con una enfermera, una teóloga y una mujer cuidadora de su madre al mismo tiempo. Parece la reencarnación de una cocinera espigada, que trabajaba sin descanso entre despensas y fogones humeantes del siglo XIX español, en una campiña o en la casa solariega de Doña Casta, a lo mejor en una taberna siempre llena de hambrientos comensales.

Charlar con ella mientras se arman y equipan sus sueños, es como estar ahí en medio de los colores, olores y un sinfín de sabores y de sus combinaciones....

Hasta en esos momentos compone sus recetas, que lo mismo pueden estar nombradas con largas frases --como aparecían en muchos antiguos libros de cocina--, que tener el de aquel alimento suplente que llegaba y se imponía con el despertar de los precios cambiantes, tanto en calles, caminos y esquinas, como mercaditos de montes y ciudades.

¡Qué más quisiera Rancys que tener en su propio patio o bien cerca todos esos alimentos y productos cosechados de manera natural! Sin embargo, esta, la Cuba y sus calles habaneras, es la realidad que escogió para proponer sus platos.

Algunos parecen hechos de una sentada, otros llevan algunas horas de buen hacer. En cada uno se entromete la picardía, porque para cada cosa hay un sustituto o un relevo, que así se hizo la super mega típica cocina cubana.

Sus recetas y notas, agrupadas en varias libretas muy legibles, están pensadas para cualquier geografía. De ahí que el plátano sea macho y también burro, agregando una terrina y una vinagreta de fruta, más consejos para un arroz vietnamita que solo conocemos quienes recibimos los racionamientos de la famosa “libreta cubana”.

Las invitaciones para comer con ella están puestas en la mesa, no solo para que se aprecie cada una de estas propuestas, también para que, sin saberlo, se haga llegar a cada cuerpo y a su entramado energético combinaciones nutritivas y únicas, nacidas desde un trópico caribeño post pandémico y cambiante.

Rancys, mientras tanto, seguirá haciendo la cocina de su tiempo.