jueves, 21 de marzo de 2024

Síndrome de Down: sin imposibles



Por Gabriela Orihuela

De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, el Síndrome de Down es una afección en la que la persona tiene un cromosoma extra.

«Por lo general, los bebés nacen con 46 cromosomas. Los bebés con Síndrome de Down tienen una copia extra de uno de estos cromosomas: el cromosoma 21. El término médico de tener una copia extra de un cromosoma es “trisomía”. El síndrome de Down también se conoce como “trisomía 21”».

Destaca, además, que «aun cuando las personas con síndrome de Down pueden actuar y verse de manera similar, cada una tiene capacidades diferentes».

Existen varios mitos sobre las personas con Síndrome de Down, te proponemos esclarecer algunos de ellos:

¿Es hereditario?

Falso. El Síndrome de Down se manifiesta de forma fortuita y casual. Solamente existe una circunstancia en la cual el síndrome de Down viene dado por herencia de uno de los progenitores: es en la llamada translocación y corresponde, aproximadamente, al 1% de los casos.

¿Nacen de padres de edad avanzada?

Falso. Aunque tener una edad avanzada a la hora de quedarse embarazada incluye varios riesgos, algunos estudios han demostrado que la mayor parte de los niños nacidos con este síndrome son hijos de madres jóvenes.

¿Poseen unos rasgos físicos característicos desde el nacimiento?

Verdadero. Es cierto que existe un fenotipo Síndrome de Down que hace que los que manifiestan este síndrome posean una serie de rasgos característicos. Pero ninguno de ellos los posee todos. De hecho, existen casos en los que se da el síndrome de Down en ausencia de los rasgos más habituales.

¿Son agresivos?

Falso. No existe un patrón de personalidad o de conducta asociado al síndrome de Down. Las conductas agresivas son una reacción a una disconformidad o un malestar y solo en algunos casos muy puntuales responden a un trastorno de conducta.

¿Es una enfermedad?

Falso. El síndrome de Down es una condición genética. En todo caso, las enfermedades serían las que van frecuentemente asociadas a las personas con síndrome de Down, como las cardiopatías, la celiaquía, el déficit visual o auditivo, el hipotiroidismo o la obesidad.

¿No pueden tener hijos y si los tienen estos heredarán el síndrome?

Falso. Aunque presenten dificultades para tener descendencia, es posible que tengan hijos e hijas.

¿Tienen una baja esperanza de vida?

Falso. En aquellos países donde confluyen “Programas de Salud”, “Programas de Atención Temprana” y “Políticas sociales” dirigidos a este tipo de síndromes, su esperanza de vida se sitúa ya por encima de 60 años.

¿Son incapaces de llevar una vida independiente y necesitan custodia de por vida?

Falso. A medida que han mejorado sus condiciones de vida, se ha descubierto que cada caso es distinto y que cada vez más personas gestionan sus proyectos vitales, aunque precisen de algunos apoyos.

De hecho, el mayor problema existente es creerles “incapaces” de realizar una vida propia. Las personas con Síndrome de Down pueden estudiar, trabajar, tener amistades, parejas, hijos e hijas, salir y recrearse, conducir y liderar proyectos o negocios. Gloria Ramos —primera actriz con discapacidad intelectual en optar a un Goya—, en su papel de Collantes en la película española Campeones, nos lo deja claro: no hay imposibles cuando existe voluntad.

Es hora de dejar a un lado los prejuicios y comenzar a entender que todos y todas poseemos capacidades distintas.

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