Por Gabriela Milena Padrón Morejón
En la sociedad actual, donde los avances tecnológicos y la constante búsqueda de la juventud parecen ser la norma, el empoderamiento de las personas adultas mayores adquiere una relevancia fundamental.
Si bien este grupo etario merece ser reconocido y valorado en todos los ámbitos de la vida, cuando hablamos de empoderarlos nos referimos a brindarles las herramientas necesarias para que sean autónomos en la toma de decisiones relacionadas con su vida diaria.
De esta forma, no solo estaremos fomentando su bienestar individual, sino que también contribuiremos al desarrollo de una sociedad más inclusiva y equitativa.
En este sentido, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) ha jugado un papel importante al acompañar las acciones y políticas públicas que desarrolla el país en pos del bienestar de las personas de la tercera edad.
Así lo comentó a nuestra revista Yudith Ferreiro, directora del Centro de Estudios sobre la Mujer, quién tiene a su cargo algunas de las actividades que realiza la organización con vistas a celebrar el 63 aniversario de la FMC.
La investigadora explicó que resulta vital considarlos sujetos activos y no meros receptores de cuidados; esto implica a su vez, fomentar su participación en la vida comunitaria, en ámbitos como la política, el arte, la educación y otras actividades que les permitan compartir su experiencia y conocimiento.
Teresa Orosa Fraíz, presidente de la cátedra universitaria del adulto mayor, reconocida por las Organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud en Cuba como una de las 50 líderes mundiales que más contribuyen a los objetivos de la Década del Envejecimiento Saludable, explicó a la revista Mujeres la importancia de visibilizar los temas relacionados con el envejecimiento y, de forma fundamental, a las mujeres en la ancianidad.
"El tema de las mujeres adultas mayores es muy importante porque nos visibiliza dentro del contexto actual, en el cual las abuelas están asumiendo roles de cuidado y crianza de la descendencia de sus hijos o de otros ancianos en situación de discapacidad o enfermedad en la familia".
La especialista agradeció todas las acciones que la Federación realiza por estos días y argumentó que reconocer la labor de estas mujeres de la tercera edad es una forma de empoderarlas y demostrarles su valía en los tiempos actuales.
Añadió que resulta crucial garantizar el acceso a la educación continua y al aprendizaje a lo largo de toda la vida. Agregó que las personas de la tercera edad tienen un potencial enorme para seguir adquiriendo conocimientos y habilidades, lo cual contribuye a su bienestar físico y mental.
Ofrecer programas educativos adaptados a sus necesidades y brindarles oportunidades de formación les permite seguir siendo activos e integrarse a la sociedad. Precisamente, ese es el objetivo de las Cátedras del Adulto Mayor, los círculos de abuelos y los talleres comunitarios dedicados a este sector poblacional.
Asimismo, es necesario promover una imagen positiva y realista de las personas ancianas en los medios de comunicación y en la cultura en general. Romper con estereotipos negativos y discriminatorios es esencial para fomentar su empoderamiento.
Las campañas publicitarias y los contenidos audiovisuales deben reflejar la diversidad y las capacidades de las personas adultas mayores, mostrar sus logros y contribuciones a la sociedad.
El acceso equitativo a servicios de salud de calidad también es un aspecto fundamental del empoderamiento de las personas adultas mayores. Además, se deben fortalecer las redes de apoyo comunitario y familiar, evitando el aislamiento social y garantizando una vida plena y satisfactoria para las personas adultas mayores.
Es responsabilidad de los gobiernos, las instituciones y la sociedad en general trabajar de conjunto para promover y garantizar el empoderamiento de las personas adultas mayores. Solamente así podremos aprovechar plenamente la experiencia y sabiduría de los años, en beneficio de todas y todos.
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