lunes, 28 de agosto de 2023

Prevenir desde la inclusión


     
Entre sus objetivos el documento busca apoyar el desarrollo de comunidades más preparadas y resilientes.

Por Lirians Gordillo Piña

Vivimos en una isla azotada por el cambio climático, es un hecho. Ciclones, sequías, penetraciones del mar y sismos, son algunos de los peligros naturales que nos acechan. Aprender a prevenirlos y enfrentarlos sin dejar a nadie atrás puede marcar la diferencia, para nuestro presente y futuro.

En ese proceso de aprendizaje necesitamos recursos diversos y conocimientos. Para ello, una herramienta está a disposición del profesorado, alumnado, comunidades y familias cubanas: se trata del Manual comunitario sobre Gestión inclusiva para la reducción de los riesgos.

El Manual, editado bajo el sello del MINED, disponible en el sito de Unicef Cuba pone a disposición del público tres versiones digitales: una versión para docentes, una versión en leguaje claro y otra en formato accesible. Está previsto, además, un juego de comunicación para comunidades multirriesgos y un paquete para redes sociales.

Distribuido en cuatro temas principales el material incluye conceptos, recursos y ejercicios prácticos sobre fenómenos naturales, Gestión para la Reducción de los Riesgos de Desastres (GRRD), enfoque inclusivo y de género en la GRRD, información sobre las discapacidades y comunidades seguras. También aparecen recomendaciones para el apoyo socioemocional a niños, niñas y adolescentes, antes, durante y después de desastres.

Por ejemplo, se explica el análisis de vulnerabilidades y capacidades (AVC) comunitarias con enfoque inclusivo. Se trata de un proceso participativo implementado en las comunidades por la Cruz Roja Cubana y que se complementa con los estudios municipales de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo liderados por la Agencia de Medio Ambiente (AMA) del Ministerio de Ciencia y Tecnología (CITMA).

Como parte del AVC, el documento reconoce capacidades (conocimientos, habilidades y recursos) de niños, niñas, adolescentes y personas con discapacidad, útiles para el bien de la comunidad en caso de un desastre. Propone además su participación en el proceso desde el inicio, con roles de responsabilidad en grupos de trabajo y actividades.

“Si solo ves sus vulnerabilidades, reduces sus oportunidades de participación, perjudicas su autonomía y no valoras la capacidad total de tu comunidad. Además, si falta información sobre las personas con discapacidad u otros grupos vulnerables, no podrás crear un Sistema de Alerta Temprana inclusivo y efectivo. Tampoco serán adecuados los planes de evacuación, los programas de formación y capacitación de la comunidad”, refiere el material.

Entre sus objetivos el documento busca apoyar el desarrollo de comunidades más preparadas y resilientes.

“Los peligros no se pueden eliminar, pero sus impactos pueden disminuir y las vulnerabilidades reducirse con el trabajo educativo en escuelas y comunidades, teniendo en cuenta la participación y protagonismo de la comunidad con necesidades educativas especiales”, advierte Orestes Valdés, especialista de la Dirección de Ciencia y Técnica del MINED.

Valdés fue uno de los presentadores del manual el pasado 13 de octubre. En el encuentro virtual convocado por Unicef en Cuba, participaron representantes del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, del Ministerio de Educación (MINED) de Cuba y las organizaciones internacionales Oxfam y la Oficina de UNICEF.

“Incluir la perspectiva de género es justo en término de derechos, es necesario para la prevención y respuesta efectiva y es beneficioso para la sociedad en su conjunto”, apuntó Elena Gentili representante de Oxfam en Cuba.

Gentili destacó el enfoque de inclusión amplio que asume esta nueva versión del manual e insistió que es garantizar entornos libres de violencia de género a partir de la existencia y el conocimiento de una ruta crítica para denunciar el maltrato machista.

“Es muy importante tomar en consideración las necesidades específicas de hombres y mujeres, niños y niñas, antes y después de un desastre, comprender los impactos diferenciados, entender que las desigualdades de género que existían antes de un desastre tienden a reconfigurarse y acentuarse”, agregó.

La urgencia y utilidad de asumir un enfoque inclusivo en la gestión de riesgo ante desastres fue ilustrada por Charlotte Frontier representante de Humanity & Inclusion (HI) en Cuba.

“Solo una persona con discapacidad, de cada cinco en el mundo, puede ser evacuada sin dificultad en caso de desastre. Una catástrofe significa una mortalidad más elevada para las mujeres que para los hombres; los niños y los ancianos también son una gran proporción de las personas afectadas”, ilustró Frontier.

Nuestro país cuenta con una amplia experiencia y eficacia en la prevención y respuesta a desastres naturales. A partir de 2015 se incorporaron los enfoques de género e inclusión a través de proyectos del sistema de gestión de riesgo de la Defensa Civil, el CITMA junto a organizaciones de colaboración internacional como Oxfam, Care y HI.

“En 2022 el Sistema Nacional de la Defensa Civil cubano cumple 60 años. En toda su historia se ratifica la premisa que la protección de la población es fundamental, sobre todo la niñez, pues contempla la infancia como uno de los grupos más vulnerables. La protección de la vida humana es y será siempre una prioridad del sistema de defensa civil cubano”, dijo Anneris Santos, jefa del Departamento de Comunicaciones del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil.

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