Niurka y Gabriel al centro con Anielka Fernández (FMC), junto a familiares y trabajadores de La Milagrosa. Fotos de las autoras
Por Aimé Sosa Pompa y Lianne Garbey Bicet
Este podría ser solo un testimonio de amor, sin embargo, es al mismo tiempo la historia de una familia que nació viendo crecer la tierra con diversos sembrados y la crianza de sus frutos. Fue más allá de una utopía para convertirse en otra proeza que tiene el mejor de los nombres: La Milagrosa.
Entramos a la finca por la casa de la familia y fue grande la sorpresa al salir a lo que podría ser el patio más asombroso de La Leyva, en San José de las Lajas, Mayabeque. Estábamos acompañando a un equipo liderado por Anielka Fernández Del Monte, integrante del Secretariado Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC ), quien visitaba a productoras del occidente con vistas a un encuentro regional. Después de un café fuerte y negro y un batido de un mamey cosechado allí mismo, caminamos entre los surcos y viveros junto a Niurka Maqueira Licón, una campesina y lideresa alegre, emprendedora y locuaz ante la radio de La Casa Violeta.
«Nosotros aquí lo que producimos son diferentes variedades de plantas, hortalizas, viandas, frutas, utilizando el policultivo; o sea, que en una misma área vinculamos varios productos. Por ejemplo, tenemos sembrado boniato, col, ají pimiento, entre otras; y dentro del mismo campo, tenemos el maíz que sirve como barrera y como alimento para nosotros en casa. Además, tenemos el área del semiprotegido, para el cultivo de hortalizas durante todo el año», así nos va describiendo quien se ha convertido en el alma de este paraíso terrenal.