Por Marilys Suárez Moreno
Haciendo uso del poder de su prédica categórica, Fidel habló con cada uno de los aspirantes a las filas del Movimiento revolucionario que luego tomó el nombre de 26 de Julio, mismo día de la hazaña que los catapultó a la historia.
Nadie fue engañado, porque todos tenían enraizados en el corazón las ideas martianas. La llamada Generación del Centenario estaba convencida de que aquel sería el camino del triunfo, tuvieran éxito o no.