miércoles, 5 de noviembre de 2025

Reconstruir en unidad: el poder del cuidado colectivo tras el huracán Melissa



Por Rosmerys Bernal Piña

Tras el paso devastador del huracán Melissa por el oriente del país, miles de familias enfrentan hoy la dura tarea de reconstruir sus vidas. En medio del dolor, cada gesto solidario se convierte en un abrazo sincero, en el necesario apoyo para seguir adelante y mirar con esperanza el futuro.

Las imágenes de los daños que dejó a su paso este fenómeno meteorológico estremecen, pero aún más lo hacen las historias de quienes resistieron la madrugada del 29 de octubre, entre el miedo y la incertidumbre.

Comienza ahora la fase recuperativa. Esta etapa va más allá del restablecimiento de servicios o la reconstrucción de los bienes materiales, es un tiempo complejo para quienes lo perdieron todo o gran parte de lo que tenían. Toca levantarse y comenzar de nuevo, aun cuando sabemos que es bien difícil; pero reconstruir, reconstruirnos, es el único camino.


En este proceso la solidaridad se vuelve esencial y afortunadamente desde todas partes del país y también desde el exterior llegan donaciones, apoyo emocional y gestos que reconfortan.

Diversos centros, escuelas y aulas se han convertido en hogares temporales. En estos espacios la Federación de Mujeres Cubana (FMC) contribuye con la limpieza, distribución de alimentos, acompañamiento y ofrece contención emocional.


En uno de los centros de evacuación de Las Tunas, donde también se encuentran damnificados de la provincia Granma, una joven profesora miembro del secretariado no profesional de la FMC decidió vestirse de payasita para regalar sonrisas a los pequeños. Estos instantes resultan además un alivio para los adultos en medio de tantas preocupaciones, una tregua frente al dolor.

Por otro lado, un equipo multidisciplinario de la Casa de Orientación a la Mujer y las Familias en el municipio Las Tunas brinda apoyo psicológico a los damnificados, para darles voz y que se sientan escuchados.

También muchas familias abrieron las puertas de sus casas para acoger a personas conocidas víctimas del huracán y proteger la vida. Se organizan puntos de recolección, donaciones, cocinas comunitarias, diversas iniciativas que reconfortan y mediante las cuales se crea una red de apoyo.

Son días duros, pero de gran sensibilidad, donde cada uno de los afectados por el huracán necesita sentirse acompañado. Muchas son las muestras de solidaridad que se han gestado y con cada acción florece la esperanza, la certeza de que reconstruirse es también un acto de cuidado colectivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario