viernes, 30 de mayo de 2025

Desafíos del Caribe en dos voces: Ochy Curiel y Catalina Toro Pérez


Investigadoras Ochy Curiel y Catalina Toro en I Coloquio desafíos del Caribe 

Por Aime Sosa Pompa 

En el marco del I Coloquio Identidad, cultura y desarrollo sostenible en un mundo en crisis: los desafíos del Caribe, que tiene lugar en La Habana Vieja, como parte de la convención Saber UH, dos reconocidas voces del pensamiento crítico de la región, Rosa Inés (Ochy) Curiel Pichardo, teórica del feminismo latinoamericano y caribeño, y Catalina Toro Pérez, quien fuera presidenta de la Caribbean Studies Asociation ( CSA 2018-2019); convergieron en una jornada para departir sobre problemáticas multidimensionales del desarrollo en la región. 

Frente a plantaciones en tiempos de crisis y un racismo ambiental y turístico: “territorios encarnados, desde la solidaridad y el vivir sabroso”

La reconocida feminista decolonial Ochy Curiel ofreció una intervención que puso en el centro la denuncia de la persistencia del modelo de plantación bajo nuevas formas de colonialidad. 

Curiel, integrante del Grupo Latinoamericano de Estudio y Formación Feminista (GLeFAS), subrayó que su análisis es fruto de una construcción colectiva, y agradeció la oportunidad de compartir en Cuba, país que calificó como fundamental en su formación política y musical.

En su presentación, titulada La nueva plantación de la colonialidad contemporánea, advirtió que dicho concepto sigue vigente en el Caribe, no solo como herencia económica, sino como patrón cultural y social que estructura las relaciones de poder actuales.

“Existen características de la plantación que podemos extrapolar a situaciones actuales”, afirmó, al señalar la persistencia de una fuerza de trabajo supeditada a centros metropolitanos, la acumulación de capital para mercados globales y el control de los factores de producción en beneficio de intereses externos.

En ese sentido, denunció que el Caribe continúa siendo un proveedor de materias primas y fuerza de trabajo para el comercio internacional, ahora bajo la lógica de la economía del turismo y los servicios, lo que mantiene “inalterada la relación económica que él denomina centro-periferia”.



Citando a Emilio Pantoja, Curiel explicó que el Caribe sigue siendo un proveedor de materias primas para el comercio internacional, comprometiendo su naturaleza, su gente y su cultura que lo transforma en una economía de la plantación a una economía del resort.

Fue enfática en subrayar que esta continuidad se manifiesta también en el extractivismo contemporáneo, donde grandes empresas transnacionales explotan territorios y comunidades racializadas bajo la promesa de desarrollo sostenible.

“Este modelo tiene varias características:  acumulación primario exportador, extractivista y financiador bajo el dominio transnacional, la desposesión de territorio de sus bienes comunes y la sobreexplotación de la fuerza de trabajo, además de basarse en monocultivos, elemento clave de la plantación colonial”, sostuvo.

La académica subrayó que el racismo sigue siendo el principio articulador de estas dinámicas, ahora bajo la retórica del desarrollo sostenible y la energía renovable, lo que abre una nueva fase de desposesión medioambiental que afecta a la vida de millones de seres humanos sino humanos. 

Ante riesgos climáticos y el capitalismo del desastre: “los pueblos permanecen”

La Dra. Catalina Toro Pérez, de la Universidad Nacional de Colombia, ofreció una mirada crítica y propositiva sobre los desafíos que enfrenta el Caribe insular en materia de conservación del patrimonio cultural y ambiental, en medio de una crisis climática que, según sus palabras, exige respuestas anticapitalistas y desde abajo.

Toro Pérez comenzó su intervención destacando la necesidad de que el Caribe hispano y latinoamericano se reconozca a sí mismo como parte integral de la región, superando la fragmentación impuesta por la historia y el colonialismo.

La investigadora también denunció la ausencia histórica de Colombia en la gestión regional del riesgo climático, ejemplificando con la respuesta organizada de Cuba tras el huracán María, en contraste con la falta de políticas y apoyo en su país, tras el paso devastador Iota por San Andrés y Providencia. 

“Todo lo que nos han contado ustedes que ocurre aquí en Cuba, en Colombia no existe”, lamentó, y relató cómo esta experiencia motivó la construcción de agendas desde abajo, en alianza con universidades y organizaciones sociales de Jamaica, Belice, Puerto Rico y Barbados, priorizando la soberanía alimentaria y la recuperación de saberes ancestrales.

Advirtió sobre el fenómeno que denominó “capitalismo del desastre”, donde los momentos de crisis son aprovechados por el capital transnacional para reorganizar territorios y expulsar a las poblaciones locales.

La Dra. Toro Pérez propuso la construcción de redes y agendas colectivas desde las bases, en contraposición a los grandes proyectos impuestos desde fuera. “Los pueblos permanecen”, concluyó, reivindicando la capacidad de resistencia y aprendizaje de las comunidades caribeñas ante los embates del clima y el capital, y llamando a una reconstrucción pensada desde la cultura, la memoria y la autodeterminación de los pueblos.

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