Por Aime Sosa Pompa
“Si escribir es reflexión y descubrimiento y selección y orden y significado, también es asombro y veneración y misterio y magia”. Así presume la Premio Nobel de Literatura Toni Morrison, quien es una de las referentes de otra escritora negra, la ugandesa Jennifer Nansubuga Makumbi.
A Makumbi se puede llegar a través de las páginas de la revista Temas, número 117 (enero-marzo 2024), donde se publican fragmentos de una entrevista que concedió a Bhakti Shringarpure, para el podcast BookRising.
En estas latitudes, Makumbi puede ser un enigma, mas es autora de las exitosas novelas Kintu (2014) y A Girl is a Body of Water (2020), aclamada por sus temas épicos y personajes femeninos poderosos, y ha sido galardonada con prestigiosos premios. Ha trazado un camino literario marcado por la perseverancia y la lucha contra las narrativas imperiales que han limitado incontables voces.
En la conversación con Shringarpure, Jennifer comparte su turbulenta experiencia en la búsqueda de un espacio para sus historias complejas, tanto lingüística como históricamente.
Sostiene que aún se vive en una realidad todavía matizada por estrategias colonizadoras, que las narrativas del imperio han llevado a muchos autores africanos a centrarse en el canon. Por eso ha comprendido que descentrar a sus lectores es fundamental para liberarse y llevarles temas y relatos que realmente resuenen.
Como firme defensora del feminismo, Makumbi critica la exclusión de las mujeres en la narración histórica, a pesar de ser vistas como guardianas de sus culturas. Sus obras buscan corregir estas omisiones y, por ello, comparte lecciones que ha aprendido sobre la identidad de ser una escritora africana.
Cuando Bhakti le pide un consejo para las mujeres que deseen comenzar a escribir, Jennifer sistiene: "Lo de siempre: que lean mucho. Pero añadiría que no se trata solo de leer, leer y leer. Se trata de un tipo particular de lectura. Lean novelas que hagan lo que ustedes están haciendo, para que sepan lo que no deben repetir. Busquen las lagunas, lo que falta en lo que se ha escrito. Lo que ustedes escriban va a depender de sus habilidades de lectura, de lo buenas lectoras que sean”.
En un momento aclara que Toni Morrison le recuerda a qué debe prestar atención y evoca también a la nigeriana Buchi Emecheta:
B. S.: Su esposo quemó su primer libro.
J. M.: ¿Te imaginas que alguien queme tu manuscrito?
B. S.: Qué manera de odiar…
Poder disfrutar y repensar sobre ese universo muy silenciado, según las estrategias de escritura de Makumbi, ilustra por qué es tan necesario refundar las memorias: “Necesitamos validarnos en el pasado, corregir parte de lo que se ha escrito mal, y entonces podremos venir al presente”.
Con acierto, piensa Jennifer que es hora ya de autopromoverse en el Caribe y en América del Sur. Quizás ahora sea más apropiado que se aparezca en otros idiomas. Y es que sus propias experiencias remarcan cuán difícil puede ser comenzar. Su primera novela A Girl is a Body of Water (Una chica es una masa de agua) la comenzó a pensar desde 1998, la concluyó en 2003, pero fue rechazada. Le hizo cambios y fue nuevamente rechazada en 2005. Volvió a modificarla en 2008 y ocurrió lo mismo.
Un día dejó de escribir novelas del mismo modo en que producían los africanos el algodón y el café; y rompió con el hábito de publicar para los imperios. Desde las redes sociales, los blogueros y los departamentos de las universidades, desenterraron sus obras; y hoy se sigue descubriendo.
“Para mí, el feminismo consiste en tener igualdad de condiciones y en estar consciente de que todos los sistemas culturales, sociales, políticos y económicos están amañados contra las mujeres, por todo tipo de vías, tanto obvias y abiertas como complicadas y complejas. Por lo tanto, feminismo significa tener ojo avizor para ello”.
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