jueves, 23 de mayo de 2024

Mujeres y fútbol


Por Zaida Fabars Abreu

Históricamente, la práctica del fútbol ha estado asociada a la figura masculina, defendiendo la idea de que son los únicos preparados genética y físicamente para este deporte. Durante años, la mujer en este deporte ha sido relegada, bajo la idea de que “no son capaces y no están preparadas para este tipo de juegos”.

La práctica de fútbol, como hoy se le conoce, tiene sus antecedentes en Inglaterra, específicamente en el siglo XIX. Según investigaciones realizadas, el primer registro que se tiene de mujeres practicando este juego aparece en la revista británica Harpers Weekly, donde se muestran mujeres vestidas con polleras largas y enaguas, sombreros y botas.

El 23 de marzo de 1895 se disputó el primer partido oficial de fútbol femenino, que tuvo lugar en Rouch End, Londres. En este primer encuentro se reunieron 30 mujeres divididas en dos equipos. Tras este partido, los comentarios no se hicieron esperar, la mayoría enfocados en denigrar la figura de la mujer en este tipo de competiciones.

Razones tan absurdas como que las mujeres no estaban preparadas físicamente para este deporte, o que este podía ocasionar daños irreversibles en su salud, fueron algunas de las justificaciones empleadas en varios países para suspender la práctica de esta disciplina deportiva.

Pese a prohibiciones y críticas, las mujeres siempre defendieron su lugar en este deporte. Desde 1991 hasta la fecha, el fútbol femenino ha ido en ascenso; no obstante, la lucha por el reconocimiento de sus derechos com9 jugadoras y la igualdad de oportunidades es aún una problemática vigente.

Nettie Hopneybal, fundadora del ritish Ladies Football Club North (1895), o las obreras futbolistas del Dick, Kerr´s Ladies de la fábrica de municiones de Preston, son pioneras en la historia futbolística femenina. Ellas constituyen ejemplos fehacientes del empoderamiento de la mujer en esta disciplina.


Ellas no la han tenido fácil en el fútbol, muchas han asumido roles heroicos y al día de hoy contribuyen a que la sociedad se asuma como una comunidad de derechos, donde prime la diversidad y la pluralidad, donde todos y todas sean igualmente valiosos, necesarios y trascendentes.

Los triunfos que han obtenido las mujeres en el fútbol no han sido suficientes para su reconocimiento. En el deporte también se ha normalizado la discriminación y la inequidad de género, los salarios para las mujeres son menores, son regularmente víctimas de acoso y abuso sexual y, al denunciar, son estigmatizadas. Habitualmente, han sido excluidas por su orientación sexual; sumado a esto, sus triunfos no son reconocidos públicamente.

En medio de las celebraciones de la selección española de fútbol femenino, por haber alcanzado la Copa Mundial en agosto de 2023, Jenniffer Hermoso, jugadora de la selección, se acercó a Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Futbol) para recibir las medallas por su esfuerzo. Este, luego de pronunciar unas palabras, se acercó a ella y le agarró la cara para darle un beso sin el consentimiento de la delantera.

Este hecho demuestra una vez más cómo fueron lacerados los derechos de la jugadora, víctima de un acto machista. Este y muchos acontecimientos, desafortunadamente, imperan en el escenario deportivo, muchas de las veces con total impunidad.

Reflexionar sobre el lugar que tienen las mujeres en el fútbol, entender los procesos sociales, culturales, económicos y políticos, pasados y presentes, que aplican en esta disciplina y continuar visibilizando la brecha que aún existe en un espacio donde muchos derechos han sido históricamente negados a las mujeres, es una de las tareas pendientes que tenemos como sociedad.

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