Ilustración Claudia Alejandra Damiani. Tomada de Cubadebate
Por Marilys Suárez Moreno
En Girón, toda Cuba se puso en pie de guerra para hacerle frente al enemigo invasor. Firmes en sus posiciones, dispuestas a poner fin al mito de la invencibilidad imperialista en el continente, se agruparon las milicianas, las brigadistas sanitarias, las federadas, demostrando, como dijo Fidel, que las mujeres eran “una fuerza decisiva de la Revolución”.
A la 1:00 a.m. del 17 de abril de 1961, y a pocas horas de que Cuba proclamara el carácter socialista de su Revolución, fuerzas mercenarias desembarcaron por diversos puntos de Playa Larga y Playa Girón, al sur de la Península de Zapata.
Tras conocerse el primer Comunicado con la orden de reclutamiento, caravanas de camiones cruzaron bajo las bombas rumbo al sur de la provincia de Matanzas. El destino era la Ciénaga de Zapata, un territorio otrora olvidado y dedicado a la producción de carbón vegetal, su base económica.
Conocer en alguna medida lo que era antes de la Revolución esta área de más de 3 000 kilómetros cuadrados, situado en el sur de Matanzas, con una economía sustentada en la producción carbonífera, es un modo de entender por qué el imperialismo decidió atacarnos por allí. Desconocían, claro, cuan absoluta era la identificación de los cienagueros con el proceso revolucionario iniciado en 1959.
Un día después del criminal bombardeo a las bases aéreas cubanas, el 15 de abril de 1961, detonante para la proclamación de una Cuba Socialista, se inició por Playa girón y Playa Larga, en la llamada Bahía de Cochinos, la invasión mercenaria, orquestada y dirigida por los Estados Unidos. Contaba con la misma estructura que en esa época tenía una unidad de las fuerzas armadas estadounidenses. Documentos desclasificados en USA, aseguraban que la fuerza invasora la componían 1500 hombres y varias unidades de la Marina norteamericana. La integraban, además, cuatro destructores, dos portaviones, un portahelicópteros y dos embarcaciones ligeras artilladas, más dos submarinos, entre otras fuerzas de respaldo a los mercenarios.
Cuba, recién estrenada al socialismo, epopeya inseparable de aquella gesta, se enfrentó, pues, a una épica batalla en condiciones de total desigualdad. Contó desde el primer momento, eso sí, con el liderazgo político y militar de Fidel, de su pericia, estrategia y táctica y de la férrea voluntad de; pueblo a no dejar que se pisoteara el suelo patrio.
Analizados los informes recibidos, Fidel dedujo que Playa Girón era la dirección principal del golpe y movilizó hacia allí las fuerzas necesarias para hacer frente al desembarco de la llamada Operación Pluto. Simultáneamente, tropas revolucionarias se posesionaron del entonces Central Covadonga, al norte de Playa Girón, mientras otras avanzaban desde el oeste, de modo que al amanecer del día 18 las fuerzas revolucionarias presionaban a la posición enemiga desde el norte al noroeste.
Bajo su mando, los batallones de las Milicias Nacionales Revolucionarias y del Ejercito Rebelde combatieron a los invasores, mientras el resto del pueblo apoyaba desde la retaguardia. Y entre aquella masa indestructible de pueblo, estuvo la mujer.
Meses antes, desde que se crearon las Milicias, miles de ellas se habían incorporado a esa fuerza, en la que aprendieron el manejo de las armas, alertas y dispuestas al llamado de la patria, ya fuera como milicianas o brigadistas sanitarias u ocupando los puestos de los movilizados en fábricas, talleres y oficinas, a la par que atendían heridos y recogían enseres para el frente de combate, convertidas en esa fuerza de la Revolución dentro de ésta, como las calificó Fidel.
La llamada Operación Pluto, fue aplastada en una ofensiva relámpago que no dio tiempo al enemigo a establecer una cabeza de playa, como pretendían. El día 19, tras unas 65 horas de incesante batallar, se tomó por asalto Playa Girón, último reducto en poder del enemigo.
A 64 años de aquel 19 de abril de heroísmo y gloria en el que Cuba pagó un saldo elevado de vidas valiosas, Girón vuelve a Abril para recordarnos que siempre será estímulo y acicate para nuevas victorias.
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