domingo, 4 de febrero de 2024

Tula, la Peregrina


Por Marilys Suarez Moreno


Nació 210 años atrás y fue una de las iniciadoras del feminismo en Cuba y América Latina y candidata a la Real Academia Española de la Lengua, que su condición de mujer le vetó. Le llamaban… la Peregrina.

Abandonada y sola, expiró en Madrid, un frío 1ro de febrero de 1863 Gertrudis Gómez de Avellaneda, considerada una de las iniciadoras del feminismo en Cuba y América Latina.

En el Madrid de sus triunfos poéticos y dramáticos, su muerte pasó con más penas que gloria alguna. Controvertida, apasionada y vehemente, La Avellaneda, salió con su madre de su natal Camagüey a los 22 años, un éxodo que para ella fue una llamada a mayores horizontes, algo que ansió siempre, pero que le dejó huellas en el alma.

Y conquistó honores y fama en España, donde publicó sus primeros versos, en Cádiz, con el seudónimo de La Peregrina y, ya instalada en Madrid, editó el primer tomo de sus poesías que obtuvieron general aplauso.

Su obra fue múltiple y abarcó diversos géneros, incluyendo, de modo importante, el epistolar que legó totalmente a Cuba, aunque también transitó por la dramaturgia y la narrativa y se le considera una de las precursoras de la novela hispanoamericana.

Gertrudis Gómez de Avellaneda fue una niña precoz que escribía cuentos a temprana edad y cuyas cartas de amor fueron guardadas por más de 60 años hasta que a principios del siglo XX salieron a la luz.

Tula, como la llamaron, nació un 23 de marzo hace 210 años y no olvidó nunca a su Camagüey natal. De naturaleza fogosa y audaz, la lírica cubana conoció de amores, tristezas, desengaños y dolores, incluyendo la pena que le causó abandonar a su tierra amada, donde su nombre hoy es todo un símbolo.

Dueña de una vasta cultura literaria y admirada por los grandes maestros de las letras españolas, sus triunfos la llevaron a ser propuesta como candidata a la Real Academia Española, pero su condición de mujer le frustró ese camino.

En Cuba, fundó la revista Álbum cubano, colaboró en varias publicaciones y publicó su novela El artista barquero.

Gómez de Avellaneda, más que otros escritores cubanos del siglo XIX, vivió consciente de su obra y en gran parte de sus versos proclamó las virtudes del arte que cultivaba, como en su oda A la poesía, sus octavas Al genio poético, Adiós a la lira y otras.

Entre sus novelas, sobresale Sab, la primera novela antiesclavista, incluso anterior a la famosa novela La cabaña del tío Tom, de la estadounidense Harriet Beecher, Ella fue autora también de Espatolino y Guatimozín y es considerada una de las precursoras de la novela hispanoamericana Su autobiografía y cartas íntimas, a través de las cuales reveló el valor humano de una mujer de avasalladora personalidad, sobresalen por su estilo y personalidad.

Vital valor tiene en la obra de la Avellaneda su autobiografía y cartas íntimas, a través de las cuales se reveló el valor humano de una mujer de avasalladora y atrevida personalidad, quien dejó a Cuba la colección completa de su literatura y cartas intimas a través de las cuales se reveló el valor humano de esta grande de la literatura cubana e hispanoamericana.

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