Por Alessandra Valera Padilla (estudiante de 4to año de periodismo, Universidad de La Habana)
¿La lucha nace con la primera protesta, o se conoce en la primera protesta? Para entender la causa afrofeminista sería necesario partir desde sus orígenes, y volver a 1851 cuando Sojourner Truth inrumpió en la Convención de Mujeres celebrada en Akron, Ohio.
Truth habló en nombre de todas las mujeres negras, defendidas por nadie, que sufrían en silencio la opresión; al mismo tiempo que las representantes blancas burguesas abogaban por medidas políticas sociales, habían mujeres esclavizadas, o hijas de esclavas que vivían en el subsuelo de la sociedad sin derecho, siquiera, a su existencia.
En ese momento llega el famoso discurso "¿Acaso yo no soy mujer?", que no solo fue el despertar de la alta sociedad feminista norteamericana, sino que figuró el nacimiento del espíritu de lucha por parte de aquellas que habían sido silenciadas durante tantos años.
La intervención de Truth dejó perpleja a la audiencia: ¿cómo una mujer que había sido esclavizada y sin estudios pudo comunicar tan magistralmente, el derecho a la dignidad humana de sus hermanas?
En 1989 el historiador Jean Fagan Yellin argumentó que el discurso de Sojourner Truth, partió del conocimiento que tenía sobre la gran diferencia que existía entre el nivel de opresión que sufrían las mujeres blancas con respecto a las negras. Truth estaba afirmando su género y su raza al preguntar a la multitud: "¿Acaso no soy mujer?".
Sin embargo, ¿cuál es el trasfondo de esa expresión?
Se entiende que la icónica frase de Truth nace de la evolución del lema "¿No soy un hombre y un hermano?", que había sido utilizada por abolicionistas británicos en el siglo XVIII para denunciar la inhumanidad de la esclavitud. No fue hasta décadas después, que se convirtió en una consigna femenina, pues en 1830 el periódico abolicionista norteamericano Genius Of Universal Emancipation, publicó la foto de una esclava que preguntaba: ¿No soy una mujer y una hermana? Esta imagen se convirtió en una moneda de cobre, para darle una respuesta positiva a dicha pregunta. Se entiende que la historicidad de esta expresión fue el paso que inspiró a Truth en su discurso "¿Acaso no soy mujer?".
¿Que ocurrió después?
Los primeros informes del discurso estuvieron publicados por New York Tribune el 6 de junio de 1851, y por The Libertator cinco días más tarde. Ambos relatos fueron breves. La primera transcripción completa fue publicada el 21 de junio en el Anti-Slavery Blugle por Marius Robinson, un aboliscionista y editor de periódicos que actuó como el secretario de actas en la convención donde se pronunció Truth.
Doce años después en 1863, Frances Dana Barker Gage publicó una transcripción muy diferente a la de Robinson. Las adiciones de Gage, incluyen las expresiones de igualdad que pronunció Truth, tales como: que ella podía soportar el látigo como un hombre, que nadie le ofrecía la tradicional reverencia caballeresca que se le debía a una mujer, y que la mayoría de sus 13 hijos habían sido vendidos lejos de ella. Esta versión de Gage, se convirtió en el estándar histórico, popularmente conocido como: "¿Acaso no soy mujer?", que perdura hasta el día de hoy.
Se entiende que el discurso de Sojourner Truth fue el portal abierto a la lucha afrofeminista, construyendo un motivo sólido sobre la necesidad de alzar la voz por las mujeres negras. Siendo la punta de lanza para el progresivo desarrollo de la misma.
Según afirma la teórica Ochy Curiel: "Los feminismos negros constituyen un polémico recorrido que abarca, a grandes rasgos, tres etapas representativas: la fundacional, en que aparecen las pioneras en Estados Unidos, la segunda ola, en la que continúa la teoría y la práctica de los feminismos negros por Afroamericanas y afrobritánicas con nuevos temas, y la tercera etapa presenta otras narrativas decoloniales en el Sur".
Si bien la génesis nace en 1851 con Truth, el afrofeminismo ha evolucionado a lo largo de los años, bajo el lema de respeto, equidad y respeto a la diversidad; partiendo desde el derecho a la existencia, en la segunda mitad del siglo XIX, hasta la no sexualización de las mujeres negras en la actualidad.
Al respecto Curiel refiere: "los feminismos negros son, ante todo, un proyecto histórico de lucha. Esta tesis desde las genealogías críticas que promueve el afrofeminismo, también llama la atención sobre los vínculos entre racismo y sexismo que invaden la vida y los cuerpos de las mujeres negras, vistos en calidad de territorio de opresiones que arraigan mitos, prejuicios y estereotipos racistas, marcados por la resistencia. Los cuerpos sexuados y etiquetados de ellas constituyen territorios de batallas, textos y aprendizajes compartidos".
Las palabras de Truth, con más de 150 años, siguen siendo del himno representativo de la lucha por la autonomía de todas las mujeres afroamericanas, afrocaribeñas y afrodiaspóricas, quienes se han refugiado en el manto de su discurso para realzar su esencia, su dignidad y su derecho en el mundo:
“Quiero decir unas palabras sobre este asunto. Soy un derecho de la mujer. Tengo tanto músculo como cualquier hombre, y puedo hacer tanto trabajo como cualquier hombre. He arado y cosechado, descascarado, cortado y segado, ¿puede cualquier hombre hacer más que eso? He oído hablar mucho de que los sexos son iguales. Puedo llevar tanto como cualquier hombre, y puedo comer tanto también, si puedo conseguirlo. Soy tan fuerte como cualquier hombre. En cuanto al intelecto, todo lo que puedo decir es, si una mujer toma una pinta, y un hombre un litro. ¿Por qué no puede ella tomar su pinta llena? No deben asustarse de darnos nuestros derechos por miedo a que bebamos demasiado, porque no podemos beber más de lo que nuestra pinta pueda contener. Los pobres hombres parecen estar todos confundidos y no saben que hacer. ¿Por qué niños?, si tenéis los derechos de la mujer, dádnoslos y os sentiréis mejor”.
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