jueves, 7 de septiembre de 2023

Vestida de Patria

 


Magdalena Peñarredonda Doley, fue periodista, activista política, luchadora por la independencia cubana y delegada del Partido Revolucionario Cubano en Pinar del Rio, donde se destacó por sus ideales de justicia y sus muchos aportes a la lucha revolucionaria.



Por Marilys Suarez Moreno

Así han visto siempre los artemiseños a Magdalena Peñarredonda Doley, la mujer que consideran el orgullo de Quiebra Hacha, donde nació el 22 de julio de 1846 y se le reconoce como una eficaz colaboradora del Lugarteniente General Antonio Maceo.

De recio carácter y arraigado patriotismo. Magdalena, a quien familiarmente llamaban Llellena, era hija de padre español y madre francesa y la educación recibida por esta última, hizo que creciera en ella las ideas libertarias plasmadas por la Revolución Francesa, además de una sólida educación.

Fue periodista, activista política, luchadora por la independencia cubana y delegada del Partido Revolucionario Cubano en Pinar del Rio, donde se destacó por sus ideales de justicia y sus muchos aportes a la lucha revolucionaria.

Casada a los 15 años con un comerciante español de cuya unión no tuvo hijos, mantuvo su matrimonio por largos años, a pesar de la disparidad ideológica entre ambos .Peñarredonda, nunca ocultó su adhesión a la causa independentista a la que se entregó totalmente. Algo que ocurría con bastante frecuencia en las familias cubanas de aquella época, donde las mujeres estaban entre las primeras en unirse a la lucha. Y fue un “modelo de paciencia y patriotismo, según definición del Apóstol de la Independencia, José Martí

Magdalena se dio de lleno a los trajines conspirativos, a la par que establecía vínculos con destacados intelectuales de la época, como Julián del Casal, Manuel Sanguily y Enrique José Varona.. También se relacionó con el periodista y revolucionario Juan Gualberto Gómez, quien llevaba en el occidente del país las riendas de la lucha, como Delegado de Martí en Cuba.

Quienes la conocieron no se extrañaban de verla recoger dinero, armas y medicinas y trasladando armas y otros pertrechos para la causa y los hombres que peleaban en la manigua. También sufrió por el asesinato de su hermano Federico por los colonialistas españoles y del suicidio de su padre, apesadumbrado por el desgarrador hecho .A propósito del crimen publicó un artículo en el periódico El criollo, por el que fue acusada de rebeldía política y condenada al destierro en 1888,

Poco tiempo después, la activa mujer tuvo que salir rumbo a Nueva York, donde trabó amistad con Martí, ligándose más a las tareas emancipadoras. Iniciada la guerra, fue nombrada delegada de Pinar del Río ante la Junta Revolucionaria y en muchas ocasiones cruzó la Trocha de Mariel a Majana, cuartel general de las tropas españolas durante la campaña en Occidente de Maceo, quien depositó en ella toda su confianza y reiteradamente reconoció los méritos revolucionarios y el temple admirable de la mujer que, no solo conspiró activamente, sino que sirvió de correo y enlace entre los mambises.

Calificada por María Cabrales, la esposa del Titán de Bronce, como “La patriota ejemplar” Magdalena luchó durante años a favor de la independencia cubana. Fue delegada del Sexto Cuerpo del Ejercito Libertador, estuvo presa en la Casa de Recogidas y, una vez alcanzado el triunfo sobre España, fustigó reiteradamente los errores e inconsecuencias públicas de la República mediatizada..

En incontables veces la voluntariosa mujer apeló al patriotismo para soluciones decorosas y estables. Se dolía que las ambiciones y el afán de predominio desconocieran las aspiraciones de dignidad nacional.

Su fibra revolucionaria, sus ideales de lucha en la guerra emancipadora y en los tiempos de la República mediatizada se mantuvieron siempre firmes. Por ese tiempo, su pluma fue su mejor arma de combate

Casi octogenaria, declaraba su pesar por la patria y por su independencia a medias. La patriota ejemplar falleció el seis de septiembre de 1937, tras consagrar su vida a la lucha por la independencia de Cuba.

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