Gretel Ferrer Mora, Margarita Fonseca Gómez y Rita María Licea Díaz, ingenieras mecánicas e integrantes del “frente femenino” de la Empresa de Construcción y Montaje (ECM) de la suroriental provincia de Granma. Fotos: Anne Marie Legrá y Luis Carlos Palacios
Colocar pesados bloques de hormigón, verter asfalto caliente y operar potentes grúas, camiones o buldóceres figuran entre las principales misiones que caracterizan al sector constructivo y determinan en él la mayoritaria presencia de hombres, pero no impiden el loable desempeño de cubanas empoderadas, tanto a pie de obra como en diferentes cargos.
A esas "miconeras", como algunas gustan autodefinirse por pertenecer al Ministerio del ramo en la isla (Micons, por sus siglas), se les puede ver en las ejecuciones de obras, lo mismo en su territorio que en otras provincias, bajo fuerte sol o llovizna.
Así son las ingenieras mecánicas Rita María Licea Díaz, Gretel Ferrer Mora y Margarita Fonseca Gómez, integrantes del “frente femenino” de la Empresa de Construcción y Montaje (ECM) de la suroriental provincia de Granma, donde desempeñan importantes responsabilidades.
Rita María Licea Díaz junto a jóvenes destacados de la Empresa de Construcción y
Montaje Granma.
En el transcurso de su vida laboral, desde 1989, Rita María estuvo de manera directa al frente de casi dos centenares de obreros, como jefa de una unidad básica, cuyos resultados la hicieron merecer la condición de mejor cuadro de dirección de la otrora Empresa Constructora de Obras de Arquitectura e Industriales (Ecoai) número cuatro.
"La conozco desde que llegó aquí y comenzó a trabajar en la base, es buena persona, consagrada, con magníficas relaciones humanas y, aunque vive sonriendo, siempre se ha dado a respetar", opinó sobre ella Ramón Llovet Espinosa, uno de aquellos subordinados.
Licea Díaz, quien fue también directora de la ECM y delegada del Micons en Granma, actualmente tiene problemas de salud y es la responsable de la Oficina de Control de la primera entidad mencionada.
"Mientras dirigí, hablé fuerte si procedía y cuando tuve que aplicar sanciones, lo hice, pero en todos los casos conversé antes con cada obrero, de constructora a constructor.
"Me gusta que se hagan bien las cosas y cumplir los compromisos. El trabajo es muy riguroso", remarcó.
Su colega Gretel, al frente del departamento de Equipos, labora en los talleres rodeada por mecánicos, soldadores y electricistas, quienes superan la cifra de 200 y tienen la misión de devolver a la vida útil los medios que sufren roturas.
He tenido varios jefes de quienes guardo buena opinión, pero ninguno la supera a ella, una mujer que se hace respetar a partir del respeto a sus trabajadores y la exigencia sin extremismos", subrayó el corpulento Ángel Bartolo Jerez Pérez, Mecánico A del taller Hanoi.
La sociedad cubana creó las condiciones necesarias para que nosotras seamos directivas, declaró Ferrer Mora.
Similar experiencia emana de la trayectoria laboral de Margarita, ahora especialista y antes jefa de la brigada número siete de la ECM, con sede en el poblado de Santa Rita, perteneciente al municipio de Jiguaní.
El colectivo se dedicaba a la producción, el transporte y colocación de mezclas asfálticas calientes y, en todo momento, las relaciones con sus compañeros han sido buenas, porque están basadas en el respeto mutuo, afirmó Fonseca Gómez.
Rita María, Gretel y Margarita coinciden al manifestar que el pertenecer al sexo femenino, tener esposos e hijos no les ha limitado para trabajar, superarse, militar en organizaciones políticas y de masas.
Con la compresión y ayuda de las familias, sus ejemplos demuestran que las constructoras cubanas hacen Revolución, como afirmó el líder histórico Fidel Castro Ruz.
El pasado año 2022, la granmense Empresa de Construcción y Montaje registró un promedio mensual de mil 635 trabajadores, de los cuales 299 son mujeres y 13 de ellas ocupan diferentes puestos de dirección, según estadísticas al cierre del primer semestre del actual 2023. ( Orlando Fombellida Claro, ACN)
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