Caricatura: Osval
Por Lisandra Pérez Coto
No es casual que una vez más nuestra mirada vaya dirigida hacia este asunto y no solo porque hace algunos días celebramos el Día Internacional del Trabajo. Enfocamos nuestro ojo crítico hacia el trabajo en Cuba y sus brechas, en particular hacia el trabajo doméstico y cómo afecta a las mujeres en medio de circunstancias sociales concretas, porque, otra vez, las diferencias y la sobrecarga nos colocan en condiciones de vulnerabilidad.
Cuba vive hace años una crisis energética profunda, cuyos efectos en la distribución de roles y la complejidad de asumirla recaen en los hombros de las mujeres cubanas.
No existen aún estadísticas que ilustren mejor este fenómeno y que contribuyan a entenderlo, a dirigir hacia allí estrategias articuladas que tributen a su transformación. Tampoco un censo actualizado que contabilice la precariedad en que se desarrolla.