Por Marilys Suarez Moreno
Desde que nace, el bebé siente la necesidad del amor. El modo como le tratan desde su primer día de vida contribuirá a formar su concepción del mundo, como lugar hostil o acogedor, lo cual se afianzará a lo largo de su existencia; será parte esencial de su personalidad, perdurará a través de los años y sólo será parcialmente modificado por circunstancias posteriores.
Los besos, los abrazos, las caricias y los mimos son expresiones de ternura, que mucho necesita el ser humano, apenas se asoma al mundo. Ayudan a transformar un momento triste, doloroso o de fracaso y miedo y nos dan la fuerza que necesita ese momento.