miércoles, 10 de diciembre de 2025

Contra la violencia y las brechas: el compromiso femenino

 


Por Marilys Zayas Shuman

La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) realizó, por video conferencia, este martes el  Pleno del Comité Nacional de la organización, marcado por la compleja coyuntura energética y social que atraviesa el país. El encuentro fue en un espacio de reflexión sobre los desafíos inmediatos: la participación de las mujeres en la producción de alimentos, el fortalecimiento de las estructuras de base y la atención a problemáticas sociales que golpean a las comunidades.

 Uno de los ejes centrales del encuentro, presidido por Teresa amarelle Boué, Secretaria General de la FMC, fue la incorporación de las mujeres a la producción de alimentos, objetivo número tres del programa de gobierno. En su intervención la dirigente subrayó que este tema no es solo una meta económica, sino también un compromiso político y social. Destacó la presencia de mujeres productoras en distintas provincias, desde la cría de animales hasta la agricultura familiar, y se debatió cómo reconocer y estimular ese aporte, articulándolo con las metas nacionales de reducción del déficit fiscal y de incremento de la soberanía alimentaria.

 El mensaje fue claro: las mujeres no solo sostienen los hogares, también sostienen la mesa del país. En este sentido, se insistió en que la producción de alimentos no puede verse como una tarea aislada, sino como parte de un entramado social donde las mujeres aportan desde múltiples frentes, combinando el trabajo productivo con el cuidado familiar y comunitario.

En el pleno insistió en que el funcionamiento de las estructuras de base —delegaciones y bloques— es la prioridad fundamental. Se reconocieron debilidades en la organización en la comunidad, pero también se compartieron experiencias de éxito en provincias como Villa Clara y La Habana. Se realizó un llamado a que cada dirigente de base se convierta en activista capaz de movilizar a su entorno, incluso con gestos sencillos como acompañar a una madre vulnerable, atender a un anciano solo o resolver problemas cotidianos en farmacias y bodegas. “La fuerza de la organización se mide en la cercanía con la gente”, se afirmó, recordando que la delegación es el espacio donde se materializa la política en la vida cotidiana, y que sin ese vínculo directo con las comunidades, la organización pierde su razón de ser.

El encuentro no esquivó los temas más dolorosos: la violencia contra menores y mujeres en comunidades cubanas. Casos recientes, difundidos en redes sociales, fueron denunciados con firmeza. Amarelle Boué enfatizó que no basta con indignarse, es necesario actuar desde las delegaciones, identificar los casos y acompañar a las víctimas. En una sociedad que se proclama de justicia social, no puede tolerarse la violencia doméstica ni la desprotección de las personas más vulnerables. La denuncia pública se convierte en herramienta de prevención, pero también en un llamado a la responsabilidad colectiva: cada comunidad debe ser capaz de detectar y enfrentar estos problemas antes de que se conviertan en tragedias. “La federación tiene que actuar”.

 Otro eje de reflexión fue la persistencia de brechas de género. Se habló de la sobrecarga de las mujeres como cuidadoras, de la resistencia cultural a que los hombres asuman tareas domésticas y de la violencia de género que aún no se logra erradicar.  La brecha no está en la legislación, sino en la práctica cotidiana. Se insistió en que la implementación de políticas públicas debe ser efectiva y que no puede admitirse que una denuncia sea desestimada por la policía o que una víctima quede sin atención. “La igualdad de género no es un discurso, es una práctica que debe vivirse en cada barrio, en cada institución, en cada familia”, se subrayó.

El pleno también abordó un tema poco tratado en la agenda pública: la incorporación de mujeres al servicio militar voluntario. Se recordó que las mujeres son mayoría en la población y que, por tanto, deben prepararse para asumir responsabilidades en la defensa nacional: las mujeres no solo son protagonistas en la economía y la vida social, también en la defensa de la nación. Este punto abrió un debate sobre el papel de las mujeres en la historia de Cuba, recordando que desde las luchas independentistas hasta la actualidad, las cubanas han estado presentes en la defensa de la patria.

 La FMC se prepara para el noveno congreso del Partido con un diagnóstico claro: fortalecer la base, atender la vulnerabilidad social, cerrar brechas de género y potenciar la participación femenina en todos los ámbitos, desde la producción de alimentos hasta la defensa de la patria. El pleno fue también un ejercicio de transparencia, al someter el programa de gobierno a consulta popular y al abrir espacios de discusión en comunidades, sindicatos y organizaciones de masas. Esa práctica de debate colectivo es una de las fortalezas de la sociedad cubana y la FMC se propone aprovecharla para relanzar su organización.

 

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