lunes, 3 de febrero de 2025

Fara Madrigal: una actriz inmensamente feliz


Por Laura de la C. González Trujillo

Más de cuatro décadas de trayectoria en la actuación concretan el anhelo de Fara Madrigal, quien entre juegos y pasatiempos de la infancia soñaba con el arte de interpretar personajes y encarnar sobre la escena historias y realidades diversas.

"En las escuelas siempre me vinculé a los grupos de aficionados, fue en 1976 que hice las pruebas para el recién creado Instituto Superior de Arte (ISA). Allí comencé a estudiar y tuve la dicha de recibir clases de maestros maravillosos como Mario Balmaseda, Flora Lauten y profesores de la academia de Stanislavski que nos dieron una excelente formación", rememoró.

Titulada en 1981, la primera graduación de la Universidad de las Artes, se trasladó a realizar su servicio social en el Conjunto Dramático de Matanzas, y más tarde laboró en la creación de la sala Milanés y la transformación del colectivo hacia lo que se conoce como teatro El Mirón Cubano en esta ciudad, donde desde entonces desarrolla su vida profesional.


"Por 10 años estuve en El Mirón Cubano, después, en 1991, me sumé al trabajo en Radio 26 y en 1995 me uní a Rubén Darío Salazar y Zenén Calero, cuando se gestó la idea que toma por nombre Teatro de Las Estaciones, en el que permanecí hasta el 2015 ",comentó.

Madrigal destacó que junto a Jesús del Castillo (Chuchi), empezó en 1994 el proyecto Teatro Tentempié, para en febrero del año siguiente realizar el primer estreno con el espectáculo Maravilla Contín Contando, de donde nació el personaje Maravilla que se trasladó a la televisión con los programas Soy Feliz y Barquito de Papel durante dos y 18 años, respectivamente.


Coloridos atuendos y nariz roja dieron vida a la icónica payasita que a decir de su intérprete surgió como necesidad de creación: “Trabajaba en la radio local, y asistí al primer taller internacional de títeres, hacía cuatro años de mi salida del “Mirón”, ya conocía un poco sobre locución, la fonoteca, extrañaba el escenario y surgió este personaje como un acercamiento de nuevo”.

"Tomé como referente la representación que hice con anterioridad en la obra El Circo de los pasos con el referido colectivo; en aquella ocasión fue de clown, más al personaje le sumé la narración oral, ilustrada con actuación; ya después fue mutando hacia otros espacios y dejó de tener estos rasgos de clown, pero todos aún la identifican como Payasita Maravilla", explicó.

“Constituyó un ejercicio que inventé en mi casa, Jesús me hizo los títeres, armé mi vestuario, el maestro René Fernández me guió, asesoró, me ayudó a que hiciera este estreno en su teatro y me dio las iniciales herramientas del arte titiritero”.

Del popular programa Barquito de Papel, refirió ser una etapa muy linda, que se nutrió de los personajes creados en su antecesor Soy Feliz: “Trabajábamos directamente con los niños en el estudio; una tarea ardua mantener el orden y la creatividad a la vez, lo que me permitió, además, adentrarme en la literatura infantil".

“Maravilla también pasó a animar el festival Catándole al Sol, las peñas, y sin darme cuenta las personas comenzaron a llamarme Maravilla por la calle, otras me dicen Fari Maravilla o hasta Maravilla Maravillosa. A veces pienso no es el personaje, soy yo disfrutando con los pequeños, esta ropa de fantasía que me pongo, con estas trenzas, es un juego eterno".

"Hay una simbiosis Fara Maravilla-Maravilla Fara que me cuesta trabajo desprenderme, ya te digo, es el público infantil, incluso los padres, que ya me han borrado hasta el nombre, me llaman por el personaje y lo acepto, es bonito, y me cuestiono por cuánto tiempo podré mantenerlo porque el tiempo pasa, pero mis deseos de hacer no se acaban", dijo.


La actuación para cualquier público siempre representa un reto -aseguró-, “es muy fuerte porque estás tú desde la escena tratando de dominar las energías de los espectadores, de cómo pasar el mensaje a todos, es bien complejo hacer que parezca sencillo, libre e improvisado”.

El teatro, la radio y la televisión, cada uno con sus particularidades y encantos captan la atención de Fara, quien afirmó gustarle todos: “La magia de la voz en la radio, la combinación de la imagen y la palabra en la televisión, y la experiencia del movimiento y el trabajo en vivo del teatro; soy una creadora que disfruto de cada uno de ellos”.

" Maravilla ofrece un espectáculo para la familia, los pequeños no van solos al teatro, ni a las peñas, entonces ahí está el desafío, cómo implico y adapto el repertorio clásico que una vez disfrutaron los padres para que también divierta a los niños, así varío la labor con el equipo de Teatro Tentempié, resaltó.

" Satisfacción como actriz, es realizar un trabajo que las personas no le vean la costura, que miren el personaje y luego a quien lo interpreta: allí en la escena quien cobra vida no es mi ego como persona, sino ese sujeto en medio de una situación dramática", subrayó.

En sus años de trayectoria profesional, señaló que ha tenido la dicha de enamorarse de todas sus interpretaciones, porque cada una significa un mundo a descubrir, aunque personificar a la madre de Pilar en los zapaticos de rosa, escrita por José Martí y adaptada por Rubén Darío Salazar para la escena, resultó una experiencia que guarda con mucho cariño.

“Y Maravilla nunca me ha abandonado como ser humano, el público no ha dejado que desaparezca, le debo mucho, es inolvidable, agradezco todos los personajes que hice, los que continúo en la radio, pero nunca la dejé a ella, con ella comencé el trabajo para niños desde las tablas y con ella durante 30 años sigo en la realización de maravillas."


Fara se dice en constante movimiento, siempre en búsqueda de proyectos que estimulen la imaginación y el regocijo de pequeños y sus familias: “Actuar es mi vida, no me concibo en otro espacio, lo disfruto mucho, estudiar los personajes, buscar la psicología, ver cómo caminaría, cómo pensaría esa persona y meterme dentro de su piel me hace inmensamente feliz”.

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