jueves, 23 de enero de 2025

Embarazo adolescente: prevención vs. disponibilidad de anticonceptivos



Por Lisandra Pérez Coto

Pareciera una cuestión menor cuando se pone en la balanza de carencias que enfrentan las cubanas a diario. Sin embargo, el tema preocupa sí, pues si hablamos de derechos sexuales y reproductivos, el acceso regular a los anticonceptivos adecuados, constituye la piedra angular en la prevención de uno de los conflictos de salud más urgentes en nuestro país: el embarazo adolescente.

Así se ha reconocido en reiteradas ocasiones y espacios: desde el parlamento hasta minuciosas investigaciones al respecto, las cuales desde la demografía han arrojado luz en el análisis de este fenómeno, considerado por los especialistas como la mayor desarticulación presente en la fecundidad cubana hoy.

Por un lado, una baja tasa global y del otro, una tasa específica de fecundidad adolescente por encima de lo esperado o deseado.

Este indicador, si bien se ha reducido a lo largo de los años en términos generales, difiere entre los territorios. En algunos de ellos se eleva incluso por encima de la media nacional fundamentalmente en la zona oriental del país donde mantiene la resistencia a un descenso notable.

Prevenir y educar con respecto a este asunto, a pesar de ser una de las prioridades de no pocas políticas públicas, pasa inevitablemente por satisfacer las necesidades de anticoncepción de las adolescentes cubanas, un asunto no resuelto y más bien agudizado en los últimos años.

Me atrevo a llamarlo urgente, porque que desde lo institucional se reduzca la prevención solo a desarrollar charlas sobre las probabilidades de fertilidad durante el ciclo menstrual, ante la carencia de anticonceptivos o métodos de barrera, deja mucho para pensar.

Lo más preocupante es la aparente inmutabilidad de las autoridades encargadas de proveer, por ejemplo, a las farmacias estatales, donde hace meses, en algunos casos años, no se reciben condones. Por no hablar de las consultas de planificación familiar en las que muy poco se puede prever cuando no se disponen de los recursos para ello.

Se trata de un tema que si bien constituye una alarma para el sistema de salud cubano preocupa no solo a las adolescentes sino a las mujeres en edad reproductiva en sentido general.

Los establecimientos estatales carecen de condones, píldoras anticonceptivas y el acceso a dispositivos intrauterinos y otros métodos, en los hospitales y centros de salud especializados, se vuelve en extremo complejo.

Mientras, en las farmacias informales y grupos de compraventa se comercializan a precios desproporcionados estos recursos, a los que podrían sumarse las almohadillas sanitarias y los test de embarazo.

En este contexto adquirir los métodos adecuados para prevenir un embarazo no deseado es difícil, sin hablar de la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, cuyo incremento ha quedado registrado en los más recientes anuarios estadísticos de salud.

Se trata de un tema señalado en más de una ocasión por medios de comunicación de casi todo el país, pues no hablamos de un asunto puntual, sino de una carencia ampliamente extendida.

También es cierto que la educación integral de la sexualidad desempeña un rol esencial, especialmente en la etapa adolescente. Pero poco puede aportar una preparación sólida ante las carencias o limitaciones para evitar un embarazo no deseado en esta etapa de la vida.

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