miércoles, 16 de octubre de 2024

Decreto Ley 109: un paso decisivo para el Cuidado Integral de la Vida en Cuba. (+ Descarga)

Por Marilys Zayas Shuman y Lianne Garbey Bicet.

La reciente promulgación del Decreto Ley 109, publicado en la Gaceta Oficial de la República, representa un avance significativo en la política social cubana al establecer un Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida. Esta normativa no solo garantiza el derecho de las personas a recibir cuidados, sino que también reconoce y valora el papel fundamental de quienes asumen estas responsabilidades.

En  conferencia de prensa, Teresa Amarelle Boué, Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas, subrayó la relevancia de esta normativa en la sociedad cubana actual. Las labores de cuidado son asumidas mayoritariamente por mujeres, quienes a menudo deben renunciar a su desarrollo personal y profesional para cuidar a otros.

 "Reconocemos que los desafíos actuales son complejos y que este sistema no resolverá todos los problemas de inmediato. Sin embargo, contar con un Decreto Ley establece un marco jurídico fundamental para avanzar en esta dirección. Comienza, diría yo, la etapa más complicada: la implementación de esta norma a nivel local. En este sentido, la Federación de Mujeres Cubanas deberá jugar un papel importante", sentenció.

La dirigente también destacó la fuerte tradición de Cuba en el cuidado a las personas y los niveles de colaboración entre los organismos del Estado, la sociedad civil y los activistas individuales. Esto proporciona una base sólida para este nuevo esfuerzo. "Esa manera de articularnos nos fortalece cada vez más y permite que la vocación política del gobierno para impulsar programas y políticas que promueven el adelanto de las mujeres sea palpable y efectiva".

La Ministra de Trabajo y Seguridad Social, Martha Elena Feitó Cabrera, resaltó los niveles de cooperación necesarios para lograr este Decreto. El Sistema es un instrumento gubernamental con una visión estratégica que permitirá perfeccionar las bases existentes y añadir nuevos servicios progresivamente para mejorar la calidad de vida de la población cubana. "Posicionar la coherencia, la coordinación y la articulación como palabras clave—junto con un enfoque de género e interseccional—es fundamental en este proceso", concluyó.

María Molina Gutiérrez, viceministra de Trabajo y Seguridad Social, detalló los objetivos y principios del decreto, enfatizando la necesidad de generar un cambio en la actitud hacia los cuidados. "Es esencial crear una cultura del autocuidado y capacitar a quienes cuidan, tanto remunerada como no remuneradamente", afirmó.

Además explicó que el Sistema se implementará a través de planes quinquenales con enfoques a corto, mediano y largo plazo que permitirán evaluaciones continuas a nivel nacional y local por parte de los actores definidos en el marco legal.

 Magela Romero, Coordinadora de la Red de Cuidados en Cuba, destacó la importancia nacional e internacional del Decreto al alinearse con 15 países en esta temática. "Cuba se inserta en una agenda internacional con antecedentes sólidos que no tienen comparación con otros países. Contamos con planes, políticas y programas que han sido protagonistas desde los primeros años tras la Revolución", indicó.

Romero también argumentó que este sistema implica un cambio sistémico que transformará las leyes, percepciones, servicios y organización del cuidado. Promoverá la corresponsabilidad entre el Estado, las familias, el mercado, las comunidades y otras organizaciones. Para lo cual resulta necesario la revisión de lo existente revolucionando la norma y la política.

"Por último implica también resurgir en esta apuesta que transforma la mirada de desarrollo, la mirada de estrategias para hacerlo realidad y también el posicionamiento político y ético de las personas que están detrás de esta propuesta que es también y sobre todo feminista", concluyó.

La implementación del Decreto Ley 109 tiene implicaciones profundas para el futuro del país. Al formalizar el cuidado como un derecho social se abre la puerta a una mayor inversión en servicios comunitarios y programas educativos que beneficien tanto a cuidadores como a quienes reciben atención.

Este avance es fundamental para construir una sociedad más equitativa e inclusiva donde el bienestar colectivo sea una prioridad. La expectativa es que este decreto no solo transforme vidas individuales sino también fortalezca el tejido social cubano en su conjunto.

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