lunes, 1 de julio de 2024

La “mami” del Psicopedagógico

 

Laritza Linares Expósito, directora del Centro Médico Psicopedagógico Modesto Fornaris. Fotos: Juan Pablo Carreras

Por Eileen Esther Molina Fernández

Más allá de los reconocimientos y el sacrificio, el premio mayor en la vida de Laritza Linares Expósito es haberse convertido en la “mami” de César, Lino, Pepe, Adela y tantos otros pacientes del Centro Médico Psicopedagógico Modesto Fornaris, de Holguín, fruto de los programas sociales de la Revolución cubana en beneficio de las personas con discapacidad severa.

Cada día desde hace 18 años, cuando aceptó la dirección de esa institución, mira con los ojos del corazón a sus protegidos y recibe afecto como recompensa.

El calificativo de madre lo asume con gran responsabilidad y orgullo; junto a su equipo de trabajo ha construido un hogar para más de 200 internos, que llegaron a la instalación siendo niños y ya sobrepasan en su mayoría la edad adulta.

Aunque la Enfermería siempre fue la profesión favorita de Laritza, contraer este compromiso ha representado una oportunidad gigante de servir a los demás, cambiar las agujas por abrazos y brindar amor a manos llenas.

Nunca imaginó, al graduarse en la década de los 90, que desempeñaría este quehacer altruista, cuyos ingredientes principales son la dedicación y la entrega, y con ellos realizaría su anhelado sueño de ser una enfermera que sane almas.

Sus vínculos laborales comenzaron como cuadro no profesional en la Unión de Jóvenes Comunistas en los 2000; directora del antiguo hospital psiquiátrico para deambulantes, hoy centro de atención a personas con estas conductas; hasta llegar al “Modesto Fornaris” en 2006.

A la memoria de Laritza acuden aquellos momentos, cuando lo primero que hicieron fue quererla y poco a poco se ha ganado el respeto y la admiración de quienes le rodean>; por eso se declara enamorada de este mágico lugar.


En su mente está cada historia de vida, interacción familiar, detalle de consultas y tratamientos médicos de sus pacientes, que analiza y gestiona con prontitud para contribuir positivamente al autovalidismo y la calidad de vida, misiones fundamentales del inmueble, adscrito al Ministerio de Salud Pública.

Con mucho cariño y paciencia, la "mami" ha compensado el abandono familiar, los malos recuerdos, las lágrimas y el maltrato que, en algún momento, llevaron a esas personas en situación de discapacidad a ser acogidas en una institución estatal.

Tantos años junto a sus "niños" con trastornos neurológicos y discapacidad mental severa o profunda, la han convertido en una de ellos y se le puede encontrar en el huerto con los tomates, en el gimnasio con las rutinas físicas o en el aula con las manualidades.

Por eso, peinar, teñir el pelo, asear, maquillar y organizar taquillas son faenas que combina con el trabajo de dirección en el “Modesto Fornaris”, donde se han incorporado 20 pacientes seminternos a la enseñanza general, al empleo y a escuelas de oficio.

Como verdadera hada madrina, Laritza se ocupa de todas las necesidades físicas y materiales, de regalos por el buen comportamiento, además de mantener la vitalidad del centro médico, en medio de difíciles carencias.

Hoy comparte esta tarea con la crianza de sus dos hijas, quienes heredaron la generosidad, humildad, empatía y el compromiso con el bienestar de los más débiles y desfavorecidos. Cada día es un nuevo aprendizaje para su vida laboral y familiar.

La "mami" del Psicopedagógico se desdobla en mediadora, consejera, económica y se despoja de sus propias preocupaciones y problemas, para darle a sus "niños" una vida plena, donde la sensibilidad es la premisa fundamental.

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