Texto y fotos: Román Romero López
La historia de Sitio La Güira, singular y acogedora instalación del destino Jardines del Rey, puede contarse a través de María Luis Castillo, quien se ha desempeñado allí desde su fundación, hace 28 años. Más de la mitad de su vida ha transcurrido en aquel espacio, que recrea costumbres y modos de vida en el primer asentamiento —habitado por carboneros— de la cayería norte de Ciego de Ávila.
Su preferencia por el ambiente campestre vinculado a las raíces del poblado de Colorado, en el municipio avileño de Baraguá; la posibilidad de conocer e intercambiar con personas de diversas latitudes, incluidas emblemáticas figuras de la política y la cultura, así como personal diplomático de diferentes naciones, son algunas de las razones que la hacen permanecer en el lugar.
Formada como dependiente gastronómica en el Hotel Guitart Cayo Coco (actual Muthu Colonial), egresada de diversos cursos de superación en el Centro de Capacitación del Ministerio del Turismo en Ciego de Ávila y con resultados relevantes en diversos eventos, pudiera ser trabajadora de un lujoso hotel; sin embargo, apuesta por la serenidad de ese entorno y el valor de ofrecer un servicio más personalizado.
Las siete compañeras que iniciaron con ella vieron mejores oportunidades de empleo en otras instalaciones, pero María eligió quedarse y ejercer el multioficio, porque solo ocho trabajadores están a cargo de La Güira. Son pocos pero suficientes, pues los mueve la motivación, el amor y el sentido de pertenencia por un espacio turístico distinto.
Mantienen el lugar hermoso para que los clientes se sientan bien, lo que incluye una adecuada ambientación y limpieza de las áreas e instalaciones, la perfección de una jardinería donde sobresale una especie de güira endémica del lugar y el empeño constante para recrear un medio campesino, con los símbolos y atributos nacionales, y todos los aires de cubanía.
Han sembrado árboles de mango, guayaba, ciruela, plátano, guanábana, anón y otros que se convierten en atractivos para muchos clientes, que solo han apreciado las frutas en mercados. Sin embargo, allí pueden contemplar su crecimiento y desarrollo, además de degustarlas, lo que les produce placer.
Así también logran autoabastecerse con productos sanos, frescos y cultivados en su propio espacio, de manera que reducen los costos de las operaciones y pueden ofertar a los visitantes variedades tropicales con un excelente sabor.
Localizado en el área protegida Centro y Oeste de Cayo Coco, y distinguido por diversidad de la flora y fauna, en Sitio La Guira además es posible escuchar el canto de diversas aves, que resulta agradable mientras se disfrutan exquisitos platos de la cocina criolla o sabrosas bebidas como El Chorrito, coctel identificativo del lugar, explicó María.
Un hogar campesino (reconocido como La Casa del Tío), bar, restaurante y acogedoras cabañas al estilo varentierra, que recrean modos de vida ancestrales y en su interior poseen adecuado confort para el descanso, representan otros atractivos para los que prefieren experiencias cercanas al turismo de naturaleza y muestran interés por la historia y cultura nacionales.
La presencia de algunos animales como perros, gatos, gallinas, peces y un conejo que María asegura que “es como de la familia” contribuyen a embellecer la finca, actualmente visitada con frecuencia por clientes provenientes de Rusia y Canadá, que reconocen los valores naturales y la atención esmerada.
Proveer información oportuna, proyectar buena imagen y brindar buen servicio a todos son las mejores recomendaciones que María puede hacer a quienes laboran en instalaciones turísticas.
Son palabras que convierte en hechos. Pude comprobarlo cuando, sin previo aviso, me recibió con la espléndida sonrisa y jocosidad que la caracterizan, mientras aseguraba que allí “todo estaba rico”. No permitió que lo dudara: me preparó El Chorrito, para librarme del calor del mediodía; entonces supe que la exquisita y refrescante bebida llevaba su “sabor”, que es el de La Güira, ¿o será al revés?
No hay comentarios:
Publicar un comentario