lunes, 3 de junio de 2024

Ecos desde La Manigua


Fotos: Raúl Quintana

Por Gabriela Milena Padrón Morejón

Si educar a las infancias sobre economía circular y arte fuera cosa sencilla, de seguro hoy día los índices de contaminación ambiental no representarían un problema para la supervivencia de la vida en el planeta Tierra. Sin embargo, tampoco es una tarea imposible, así lo dejaron claro todas las niñas y niños que participaron en el festival Eco- Manigua.

El encuentro, que se desarrolló desde el 29 de mayo hasta el 1 de junio, en la escuela primaria Gustavo Pozo, ubicada en el barrio La Timba, fue organizado por el centro cultural y creativo La Manigua.

“Incentivar la conciencia y la práctica de la cultura circular en el público infantil, mediante el trabajo con proyectos que tienen entre sus principios la sostenibilidad del medio ambiente, constituyó el objetivo de la cita”, comentó Silvia Padrón Durán, directora de este espacio creativo, a la revista Mujeres.


La economía circular se opone, precisamente, al modelo lineal de usar y tirar, buscando extender el ciclo de vida de los productos mediante su reutilización, reparación, renovación y reciclaje. Este método reduce al mínimo los residuos, manteniendo los materiales dentro de la economía para su reaprovechamiento y la creación de valores adicionales.

Precisamente, esta lógica mueve el quehacer de los más de 10 emprendimientos, panelistas, estudiantes universitarios y artistas que formaron parte del encuentro. Gracias a su complicidad, niños y niñas pudieron disfrutar de una experiencia que los situaba como protagonistas de acciones para proteger el medio ambiente.

“Educar desde temprana edad sobre prácticas sostenibles siembra la semilla para un futuro más responsable y consciente del uso de los recursos. Al involucrar a los agentes culturales, se amplifica el mensaje mediante medios influyentes y creativos, promoviendo una adopción más efectiva del término. Lo que garantiza una transición hacia patrones de consumo cultural y producciones artísticas ecoamigables”, expresó Silvia Padrón Durán.

Siguiendo esta línea, el festival se dividió en dos momentos: el primero, enfocado en gestores culturales que defienden estas prácticas; el segundo, en las familias, niñas, niños, adolescentes y jóvenes. En ambos se trató de compartir conocimientos y prácticas inspiradoras para crear nuevas formas de arte y cultura conectadas al cuidado de la naturaleza.


La organización de educación artística sin fines de lucro Doorstep Arts, del Reino Unido, de conjunto con el consulado Británico en Cuba, fungieron como principales auspiciadores de esta iniciativa y aportaron sus conocimientos sobre el tratamiento de este tema en públicos infantiles, explicó la directora de La Manigua.

El encuentro también se comprometió con la sostenibilidad mediante diversas iniciativas, como la implementación de un sistema integral de reciclaje. Priorizó el uso de materiales sostenibles, reciclables, biodegradables o reutilizables, tanto en los talleres de los artistas como en todas las actividades del evento. De igual forma, se privilegiaron alimentos y bebidas de proveedores locales, con énfasis en productos orgánicos y sin empaquetado. También se evitó la utilización de plásticos de un solo uso, como botellas de agua y bolsas, a la par que se fomentó el uso de envases de cartón.

La primera edición de Eco-Manigua culminó con broche de oro: con la presentación de la obra de teatro "Soy", a cargo del grupo de las Payasas Terapéuticas y un memorable concierto de la reconocida cantautora Liuba María Hevia.

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