viernes, 1 de marzo de 2024

Ireti y las esperanzas de la primera librería afrocentrada en Cuba

 


Por Aime Sosa Pompa

A Katiuska Govin Zambrana deben conocerla en todas las librerías y sitios de La Habana y aún más allá, donde exista un ejemplar con un gran tema y universo de pensamientos e ideas, que se puede decir con la sencillez de pocas palabras llenas de ofrendas: lo afro. Sin embargo, debe haber recibido muy pocas respuestas positivas a sus búsquedas y largas pesquisas. Hoy en día su interés y orgullo es soberanamente real, pues abrió sus puertas, físicas y digitales, la primera librería afrocentrada de Cuba.

En todo el mundo se están creando espacios similares, que responden a un reclamo del saber y de la custodia de las memorias que muchas veces se invisibilizan o se silencian, a pesar del influjo que tiene la cultura impresa que aborda este tema.

Centrarse en lo afro, y específicamente en la literatura afro centrada, como explica Katiuska, “es promocionar, divulgar y difundir la palabra negra, o se pudiera decir también la escrita por personas negras o no, porque hay personas no negras que han escrito acerca de la negritud que también son significativas y es importante leerlas”. La primera entrevista de este espacio fue en exclusiva para la Revista Mujeres.

RM: Cuéntame cuál fue el primer libro y también el último que llegó antes de la inauguración.

K: El primer libro que compré fue “Reyita sencillamente” de Daisy Rubiera, y corrí con la suerte de encontrarme con una primera edición en una librería de San Miguel del Padrón. Estaba saliendo de la Feria agropecuaria y cuando paso por allí me dije: “Bueno, vamos a comenzar por acá que en estas librerías apartadas generalmente se encuentran buenos textos”. Y así fue me encontré con “Reyita” y la edición de 1997. El último, y no el último porque van a venir muchos otros con la Feria Internacional del Libro en La Habana, fue “Bembé para cimarrones” de Ana Cairo.



RM: ¿Por qué Ireti?

K: Porque ireti en lengua yoruba significa esperanza. ¿Y por qué esperanza? Esperanza de que la comunidad conozca sus referentes literarios, de que la comunidad sepa, aprenda, divulgue y fomente la lectura de la temática negra. Esperanza de que con este emprendimiento se pueda enriquecer más el movimiento anti racista y de género. Esperanza de que las nuevas generaciones quieran leer más que estar pendiente a las redes. No todo lo que se ve en las redes es lo que necesitan para su crecimiento tanto espiritual como intelectual y en la vida propiamente dicha. Esperanza de que este patrimonio escrito continúe en mis manos y pueda legárselo a otras personas, tanto en ventas como en conocimiento. Esperanza de que llegue el momento de que sean editados más escritores y escritoras negras y negros; de que sus libros no estén relegados a lo último de un estante cuando lleguen a una librería. Esperanza de que se hagan más librerías como estas para ocupar más espacios, para que se sepa como hizo Rosa Park, que ya no estamos en el asiento de atrás, que también estamos en el asiento de adelante, que nos estamos posicionando en él, que estamos conociendo hacia dónde vamos y qué es lo que queremos.

RM: La idea de una librería afrocentrada en Cuba puede haber sido el sueño y empeño de muchas personas, pero en lo particular, tú pudiste lograrlo.

K: Sí, este proyecto yo lo tengo pensado hace años, pero no lo había materializado aún, por una cosa u otra. No sé si te había dicho que, en un principio, bueno que soy médica, y que estoy haciendo mi segunda especialidad de Medicina Natural y Tradicional. Quería saber si era capaz de ser y de hacer otras cosas, además de medicina y ahí comenzó todo. Lo otro es que recuerdo que una vez hablando con una amiga me dijo que yo más que ser emprendedora era soñadora, porque tenía un montón de proyectos y ninguno lo llevaba al plano material. Me decidí a dejar de soñar para materializar mis sueños y mis expectativas como mujer negra que soy. Lo otro que me impulsó a hacerlo y a pensar en este proyecto fue que, increíblemente, a pesar de que conozco a muchas activistas, grandes activistas y luchadoras por el tema racial y de género y demás, no me había leído a muchas de ellas y de ellos en la parte racial, como por ejemplo Daisy Rubiera, a Georgina Herrera; que tú sabes que son íconos de la literatura cubana negra. Me imaginé que, como yo, hubiese muchas personas que están o estuvieron en mi situación, que las conocen de nombres, a ellas y a muchos otros escritores, pero que no han podido llegar a sus manos estos textos tan enriquecedores de la cultura negra cubana.

RM: ¿Cómo describes a esta librería después de tantos desvelos?

K: Yo creo que este emprendimiento no solamente lo hice por la comunidad, los aliados y las personas que estudian el tema o lo que tiene que ver con la negritud en Cuba, África y su diáspora. Sino que también lo hice por mí, por mi posicionamiento como mujer negra en esta sociedad y en la actualidad, que necesita saber y que también aconseja que primero tenemos que saber de dónde somos o de dónde venimos para saber a dónde vamos. Esta es una frase de la cual me he apropiado y la llevo como estandarte. Y esto es lo que yo quiero llevar con la librería, que las personas sepan que una de las misiones es resguardar el patrimonio escrito.

RM: Y sobre las formas de acceder a ella, cómo va a funcionar...

K: El espacio físico de la librería va a ser en mi propia vivienda por lo pronto hasta que consiga otro local, y las ventas se van a hacer online. En Instagram y Facebook: @libreria.ireti, y el email: libreria.ireti@gmail.com

RM: Katiuska: ¿cómo llegaste a este activismo desde tu profesión inicial y tus “andares” por el afrofeminismo?

K: Como te decía soy médica de profesión. Yo aún no me considero una activista a pesar de que hago acciones por la afrodescendencia y demás luchas de las que soy aliada, desde mi posicionamiento como médica y ahora como librera. Hay personas que me dicen que, a pesar de no reconocerme como tal, lo soy. Estoy dentro del movimiento negro desde los 17 años de edad que llegué a La Habana, porque yo soy de Mayabeque y todo comenzó en el movimiento hip hop donde conocí a Afibola Sifunola umoja, Sandra ahora Negra cubana, a Luz de Cuba, Magia y Alexey del grupo Obsesión a Georgina Herrera, a Diarenis Calderón, quien tiene un proyecto muy bonito Proyecto Afroqueer Nosotrxs conjuntamente con la poetisa Afibola Sifunola Umoja; a muchos más. Y desde ahí comenzó mi camino junto con estos activistas y siendo aliada. Ahora mismo creo que lo que más feliz me está haciendo es ser librera, aunque soy médica de vocación.

RM: ¿Cuáles entiendes que serían en el ámbito público cubano, los libros menos promocionados de una librería afrocentrada, a pesar de sus valores?

K: Aun estoy por investigarlo. Esta pregunta, me da mucho que pensar y tela por donde cortar. Quizás para entrevistas futuras te de la respuesta, porque lo que me estás preguntando no depende de mi criterio como librera, sino del criterio del lector, la librería aún es muy joven para responder esto.


RM: El tema de género es hoy en día un bastión de resistencia y también de lucha para las afrodescendientes. ¿Qué aporta esta librería?

K: En aproximadamente un total de 250 libros que tengo, el menor número de libros los representan los escritos por mujeres. ¿Qué aporta la librería con esto? Hacerlas visibles, no, solamente conocidas. Hablar sobre ellas, que las personas las conozcan, que las lean, las entiendan. Y si no es que las entiendan, que las acepten desde su negritud de mujer afrocaribeña, desde sus diferentes rostros. Porque en estos libros hablan las cimarronas del pasado del presente y de las que pueden surgir en un futuro. Porque las mujeres tenemos que ser escuchadas. Y se tiene que saber de nosotras, que a nosotras nadie nos regaló un espacio, que a nosotras nadie nos cedió un espacio, que nosotras luchamos por ese espacio, nos posicionamos de ese espacio y desde él nos vamos a pronunciar.

RM: ¿Has logrado alianzas con otras personas para una mayor divulgación o promoción de los textos?

K: Sí, he logrado grandes y bonitas alianzas con escritores e investigadores y lectores que ahora mismo están siendo mis aliados y están divulgando la librería por donde quiera que pasan, o cada vez que escriben un texto en las redes sociales, tratan de citarme para que las personas conozcan, a dónde pueden ir y las nuevas cosas que se están haciendo desde lo que es lo afrocentrado.

RM: ¿Piensas en convertir también a Ireti en un sitio para talleres de escritura, de debates sobre libros, que también pueden ser online, por cierto?

K: Con respecto a talleres, concursos, lanzamiento de libros..., ¡cómo no!; es que tú misma estás respondiendo todo lo que yo estoy pensando en un futuro, no muy lejano. Son acciones que quiero hacer en estos momentos virtuales y en espacios donde pueda itinerar.

RM: Sé que tienes mucho más que agregar y no solo, en esta entrevista, a tus empeños...

K: Que se hicieran más espacios como este, que surgieran más por todo el país. Que a través de estos espacios podamos visibilizar toda nuestra historia, que sean más conocidos los escritores. Que lleguen a ser gran parte de una librería, si no es total. Que las personas negras se sientan orgullosas de lo que se ha escrito, de lo que se está escribiendo y de quién lo está escribiendo. Que se sientan empoderadas, que se empoderen con lo que está y con lo que está por venir. Que los jóvenes lean más, necesitamos leer más, necesitamos conocer más. Conociéndonos a nosotros mismos vamos a lograr saber de lo que somos capaces de hacer. Y le vamos a poner fin a ese impostor que la colonización nos ha metido dentro.

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