jueves, 21 de diciembre de 2023

¿Realmente es Supernormal?


Tomada de Diario Vasco

Por Gabriela Orihuela

Pocas series foráneas he llegado a recomendar porque, sinceramente, prefiero reír, llorar, fantasear y hasta enojarme, con las producciones cubanas que son, en definitiva, las que muestran nuestra realidad. Pero “Supernormal”, una serie española de dos temporadas, puede aplicarse a cualquier contexto ya que habla de la mujer; mejor escrito, de las mujeres, tan diversas y plurales como las propias historias narradas.

La primera temporada, exhibida en el año 2021, bien pudiera parecer inofensiva tras camuflarse en una sutil comedia; sin embargo, toca temas esenciales: el acoso sexual en el espacio laboral, las luchas internas de una mujer diseñada para competir —no se puede ser ingenua o ingenuo, muchas veces para eso nos educan a las mujeres: para la competencia— los intentos de una pareja lésbica por formar su familia, las relaciones de asimetría en los bancos y el camino de las mujeres para conquistar su lugar, entre otros.

Patricia Picón, la protagonista, interpretada por Miren Ibarguren, se reconoce como una Superwomen; la económica de primer nivel que puede permitirse estar horas eternas en el trabajo porque “tiene ayuda en casa”, la madre activa y amorosa que cuida a tres infantes ingeniosos y, también, la hermana, la hija y la esposa ideal.

¿Acaso eso no nos es semejante? Sin extrapolar contextos económicos, políticos o sociales, pudiéramos ver cada rostro de mujer en Patricia.

Patricia compite en un campo dominado por hombres; en un mundo donde esconde la menstruación para no demostrar “fragilidad o debilidad”; en un espacio marcado por la fuerza, siempre asociada al hombre por los propios estereotipos de género. Imperar, dominar y ordenar se confunde, entonces, con el concepto de liderar y este, a su vez, toma una forma machista para hacerse notar. Parece que las mujeres, al estar liderando procesos o instituciones, reproducen los códigos del patriarcado porque “eso es lo que funciona”. ¿Lo hace?

«Si ella tuviese testículos sería tu ejemplo a seguir, pero, para ti, es solo una mujer», la intervención de Marisol (Gracia Olayo), personaje cómplice de la protagonista, es una de las tantas frases que logra hacernos reflexionar. Los roles y estereotipos de género siguen imponiéndonos maneras de mirar y pensar.

Patricia no puede permitirse flaquear, días de descanso o disfrutar de la maternidad que ella desea porque, desde su perspectiva, está fuera del alcance de una empresaria exitosa. ¡Imaginen convertirse en madre por tercera vez!

Tal situación de la serie nos recuerda a la declaración realizada por una de las entrevistadas del documental cubano Todos los días son 8 de marzo del Proyecto Paloma. La joven expuso que, en la búsqueda de trabajo, en reiteradas ocasiones, le han cuestionado cuándo iba a tener hijos/as o si ya los tenía. Ser madre supone, para muchas personas, un freno, una discapacidad, un motivo de inhabilitación.

La actriz española, Miren Ibarguren, comentó en una entrevista sobre la serie que «pensamos que cuando una mujer es madre va a ser problemática, que va a faltar, algo que nunca se plantea de un hombre (…) Tenemos que cambiar tantas cosas...».

Pero, qué pasa cuando esa madre quiere volver al mundo laboral. En dicha cuestión se adentra la segunda temporada de Supernormal. Las puertas para Patricia Picón han sido cerradas. «Ahora pareces muy madre», le dijeron.

Las respuestas ante los porqués planteados en cada capítulo no resultan sencillas, pese a estar a la vista. Desde pequeñas se le exige a las mujeres asumir cuidados o, al menos, preparase para ello. El mundo rosa en el que nos envuelven está lleno de juguetes de bebés, de cocina, de limpieza, de enfermeras. Ahora vemos más las científicas, las abogadas, las líderes…, sin embargo, la reproducción de estereotipos sigue siendo mayoritaria.

A las mujeres les son colocados carteles a cualquier edad: primero la necesidad de ser bellas y exitosas —como si existiera una sola fórmula y manera para tener eso que llamamos éxito; luego, la disyuntiva del cuándo serás madre (¿es imprescindible serlo? ¿hay una edad idónea? ¿somos incompletas al decidir no procrear?); por último, y no menos importante, el asumir todos los cuidados, el hogar, los hijos e hijas, las personas adultas mayores. Contados son los ejemplos donde las tareas y cuidados se reparten equitativamente.

Entonces, es en ese instante donde cada mujer se convierte en Superwoman y trata de poder con todo. Quedarse callada y soportar ya no es una opción; bajar la cabeza tampoco. Es tiempo de alzar la voz, de conquistar sueños, metas, ilusiones.

Necesitamos romper mitos, creencias, estigmas, estereotipos. Necesitamos desaprender y volver a aprender con los espejuelos violetas siempre puestos y dispuestos a hacer ver el cambio, el mundo justo, igualitario y equitativo que estamos construyendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario