miércoles, 15 de noviembre de 2023

Desde y para nuestras mujeres...

 

Revista Mujeres, 62 años y vamos por más...

Por Marilys Suarez Moreno

Este 15 de noviembre cumple la Revista Mujeres su aniversario 62, y como mujer de este tiempo, se muestra joven, lozana, atrevida y siempre comprometida con sus queridas lectoras y lectores, que son muchos.

Revista insigne para las mujeres cubanas y sus familias, la publicación comenzó su historia de vida con la orientación y guía de la entonces recién nacida Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que apenas constituida incorporaba la mujer al trabajo y al estudio, encaminando su andar decisivamente protagónico.

Desde sus inicios, Mujeres ha estado en combate continuo contra todos los malos legados de la sociedad y el empuje poderosos de la Revolución. Presente en cada accionar de nuestro pueblo, el aniversario 62 sirve de pretexto para aquilatar un trabajo trascendente como promotora y gestora de los intereses femeninos y para homenajear a su inspiradora y guía, Vilma Espín, un puntal del quehacer editorial de la revista desde sus inicios.

Quien fuera su primera directora, la doctora Elsa Gutiérrez, ya fallecida, nunca olvidó cuando la FMC puso en sus manos tamaña responsabilidad. Otros nombres signarían su andar y el de la Editorial de la Mujer que luego fuimos: Carolina Aguilar, la inolvidable Isabel Moya, la ya jubilada Iraida Campo y su actual directiva, Marilys Zayas Shuman.

La Revista Mujeres revolucionó con su salida el 15 de noviembre de 1961 el quehacer editorial del país, al romper de cuajo con los conceptos discriminatorios que otrora regían sobre las revistas femeninas, al estilo de Vanidades que nos dejaba la imagen de una mujer frívola y débil, sin capacidad de análisis y consumidora de novelitas rosas al estilo de Corín Tellado. Lo que llamaban “sexo débil”.

Desde su primer número la revista, emanada de la Vanidades nacionalizada, alertaba del rumbo que tomaría, cuando en su primera portada asomaba una mujer negra, antítesis de aquellas rubias glamorosas que acaparaban la publicidad mediática de su antecesora y de otras publicaciones afines. Visualización de una política editorial distintiva del protagonismo de la cubana en la Revolución.


La revista ha exaltado el trabajo de la mujer, recogido su labor en la producción y los servicios y destacado su papel como maestra, médica, enfermera, trabajadora social, campesina, estudiante, científica, parlamentaria, directiva y soldado de la Patria. Y, sobre todo, su empuje y protagonismo.

Mujeres no está exenta de los problemas que nos agobian y que han impedido por el momento la impresión y tirada de sus ediciones, limitándola a la web, pero ajustada siempre a las necesidades de sus destinatarios de ambos sexos y a la familia toda, sin pasar por alto la vida y acción de las patriotas que nos precedieron en la lucha y, contribuyendo, además,  al trabajo de la organización femenina que nos representa, la Federación de Mujeres Cubanas.


Y sí, pensamos que nuestra Revista ha escrito su nombre dentro del periodismo cubano, evidenciado siempre su capacidad de renovación, lo que ha contribuido a obtener una mirada engrandecida de la realidad y del necesario enfoque de género que caracteriza a la publicación. Y así lo han reflejado sus diferentes tiradas y su hoy activa página web.

Convertida en Editorial de la Mujer, que edita, ahora en la web también a Muchacha y en la que sobresalen una amplia gama de libros y folletos dirigidos a las diversas generaciones y a las mujeres en general, y entre los que fluyen textos casi emblemáticos como Mujeres y Revolución, los dedicados a Fidel y a la Presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, Vilma Espín, la Editorial no pasa por alto los desafíos de un periodismo más mediático, atemperado a los tiempos y con inteligencia y creatividad continua impulsando el quehacer de la Federación de Mujeres Cubanas y de la Revolución, como participes y protagonistas de su tiempo.

Orgullosa de su elenco de jóvenes y menos jóvenes periodistas y consciente de su responsabilidad de divulgar los acontecimientos nacionales e internacionales y los inherentes a las mujeres y sus familias, de la única forma que puede hacerlo quien ejerce el periodismo comprometido: con objetividad, profesionalismo y textos hechos a la luz de la verdad histórica.

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