A 56 años de su caída en la Quebrada del Yuro, recordamos al Gerrillero Heroico, quien “nos dejó su pensamiento revolucionario, sus virtudes revolucionarias, nos dejó su carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de trabajo, en una palabra, su ejemplo”. Foto: Tomada de Cubadebate
Por Marilys Suárez Moreno
Ponle Comandante”. Estas dos palabras de Fidel a Celia Sánchez, encargada de confeccionar el listado de los que debían firmar la carta de condolencia a Frank País por la pérdida de su hermano Josué en los sucesos del 30 de junio de 1956 en Santiago de Cuba, bastaron para ascender a Comandante al combatiente argentino Ernesto Guevara de la Serna.
Fidel, a la sazón Comandante en Jefe del Ejercito Rebelde le otorgó el máximo grado del ejército guerrillero al Che, expedicionario del Granma, médico y soldado de la tropa rebelde y su nombre se adjuntó al listado. “Va un sentido y emocionado testimonio de solidaridad de nuestros oficiales, en nombre de todos los combatientes”, le dijo a Frank.
Poco después, a tono con la política estratégica de ampliar las operaciones, Fidel decidió crear una nueva columna guerrillera, y nadie mejor para dirigirla, pensó, que Guevara, el argentino bautizado como Che por los combatientes y que, con el grado de Capitán, operaria en otros territorios. El Che recordaría después el estímulo que significó para él tal promoción en cargo y grado.
De ese modo informal, relataría luego el ascendido, “quedé nombrado Comandante y jefe de la segunda columna del Ejercito Rebelde”. Así conoció de su ascenso al grado de Comandante y de su nombramiento al frente de la Columna Dos del Ejercito Rebelde.
Fidel reconocía así los meritos extraordinarios alcanzados por el también expedicionario del Granma desde su bautizo de fuego en tierra cubana. El símbolo de su nombramiento fue una pequeña estrella que le fue dada por Celia junto con un reloj de pulsera.
Alguien que no lo conociera a fondo pudiera pensar que el Che era un hombre duro y hermético, en ocasiones irascible; lo que compartieron con él armas y penurias, hablaban de un ser humano sensible y de espíritu entero.de su humildad, entereza y trayectoria combativa en la Sierra que cimentó su prestigio allende los mares.
Nacido el 14 de junio de 1928 en Rosario, una de las ciudades más importantes de Argentina, Ernesto Guevara tuvo que lidiar desde la infancia con el asma y lo hizo practicando deportes, estudiando Medicina y convirtiéndose en el mítico guerrillero que todos recuerdan como el Che.
Tenía una disposición innata para realizar las misiones más difíciles y en la tropa rebelde no solo fue el médico, sino uno de los más distinguidos soldados y jefe guerrillero y su fama de combatiente se hizo grande en la batalla de Santa Clara, donde hizo gala de su extraordinaria capacidad como jefe y estratega militar.
Al triunfo de la Revolución y tras tomar por órdenes de Fidel la fortaleza de La Cabaña, se entregó por completo a la organización e instauración del estado revolucionario cubano. Fue Presidente del Banco Nacional y más tarde Ministro de Industrias y presidio numerosas delegaciones de nuestro país, representándolo de manera brillante y dando muestras de su gran inteligencia en cada tarea encomendada.
Un día del año 1965 hizo formal renuncia de sus cargos, de su grado de Comandante y de su condición de cubano para que nada legal le atara a Cuba, solo lazos de otra clase que no se pueden romper con los nombramientos, le escribió a Fidel en histórica carta.
Ratificó su responsabilidad de revolucionario cubano y encargó para su mujer y sus hijos que aquí dejaba, lo que el Estado revolucionario les diera para vivir y educarse. Y se fue a otras tierras a luchar contra el imperialismo donde quiere que esté: “esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura!, escribió.
Fue asesinado, tras ser herido en combate, en una escondida escuelita de la localidad andina de La Higuera, el 8 de octubre de 1967, convirtiéndose para siempre en el Guerrillero Heroico.
Como dijera Fidel en la Velada Solemne por su caída en la Quebrada del Yuro, “nos dejó su pensamiento revolucionario, sus virtudes revolucionarias, nos dejó su carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de trabajo, en una palabra, su ejemplo”.
También nos legó su imagen y fuerza multiplicada por toda la tierra, el amor a su familia argentina y a la que creó y dejó en Cuba, a sus compañeros de lucha y a la Revolución y se fue con un! Hasta la victoria siempre!.
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