Caricatura: Osval
Por Yirmara Torres Hernández
Durante años he sostenido largas e improductivas discusiones con hombres sobre el lenguaje como forma de discriminación hacia las mujeres.
Mis adversarios lingüísticos alegan casi todos que les parece exagerado, “cheo” e innecesario el uso de los sustantivos de ambos géneros cuando, según las normas del idioma español, el masculino engloba a ambos.
¿Qué es eso de “la niña y el niño”, “el médico y la médica”, “los trabajadores y las trabajadoras”?, me dicen cuando trato de explicarles la necesidad de visibilizar a las mujeres también a través del lenguaje.
La respuesta de ellos, con la lógica del patriarcado y lo aprendido durante siglos es una sola: “cuando se dice los niños, los médicos y los trabajadores se está diciendo todo y no hace falta particularizar”.