Por Marilys Suarez Moreno
Desde que se nace hasta los tres años de vida se establecen, casi simultáneamente, los cimientos del lenguaje, las habilidades motrices y se constituyen los mecanismos fundamentales del conocimiento. Ese lapso es el período en que más cambios se pueden observar en el niño o niña, pues es el momento en que el cerebro humano está en plena expansión. De hecho, está comprobado que no hay etapa en el desarrollo de la existencia en que las influencias se graban con tanta precisión en la más íntima estructura psíquica como en los primeros años de vida.