Por Marilys Suárez Moreno
El reposo es tan importante como la actividad. Si, por una u otra circunstancia, la niña o el niño ha perdido el descanso de la siesta, por ejemplo, es necesarito prolongarle las horas de reposo nocturno, porque el menor necesita como mínimo ocho horas completas de sueño. Y requiere, para su salud física y el equilibrio psíquico, que estos se cumplan por encima de todos los problemas de las personas mayores.