Si algo define a Mercedes Escuredo como mujer y educadora es el compromiso con la palabra empeñada, la ética y la voluntad de entregar cuerpo y alma al deber. Fotos: Rodolfo Blanco Cué
Mercedes Escuredo Olazábal, Mercy o Mercedita, como cariñosamente le dicen, se considera una mujer feliz y lo afirma, porque ha tenido unos padres increíbles, de los cuales heredó el compromiso revolucionario y la humildad; una hija y nietos que adora, un esposo que ha sido su apoyo por más de 50 años, un yerno incondicional y la oportunidad de rodearse de muchas personas que la han acompañado a entregarse a la que define como una profesión de sublime amor: el magisterio.
Cuando habla de su pasión por la pedagogía, recuerda ese primer día frente a un aula, allá por los años 70 en su natal municipio de Florida, en la provincia de Camagüey.