Por Marilys Suárez Moreno
Un duro golpe debió sufrir Doña
Leonor Pérez Cabera cuando conoció de la muerte en combate de su único hijo
varón, José Julián Martí Pérez, quien siempre tuvo un espacio privilegiado en
el corazón de la madre que tanto amó.
Ella libró, con constancia y
consagración, la crucial batalla de
cuidar a su numerosa familia y aportar a la formación y personalidad de cada
uno de sus hijos valores tales como la modestia, la laboriosidad, la entereza ante
las dificultades y la defensa de la verdad. De hecho, contribuyó decisivamente
a la formación ética y moral que hizo de
su hijo el más universal de los cubanos.