Por Marilys Suarez Moreno
Hay hechos que lejos de ser empequeñecidos o borrados por el tiempo y la memoria, la historia las fijas, resalta y reconoce en toda su dimensión. El 30 de noviembre de 1956 fue uno de esos sucesos. Ese día ocurrió la sublevación memorable concebida por Fidel y Frank, quienes habían acordado en México el reinicio de la guerra contra la tiranía batistiana y el apoyo al desembarco del Granma.
Frank País, artífice de ese levantamiento armado, destacaría después cuan hermoso resultaba el espectáculo de un pueblo cooperando con toda valentía en los momentos difíciles de la lucha, reconociendo así la actitud del pueblo santiaguero de asumir como propia la insurrección popular armada preparada en apoyo al desembarco del Granma.