miércoles, 29 de octubre de 2025

Crónica desde la noche larga: Santiago de Cuba frente a Melissa


Por Marilys Zayas Shuman

Nos comunicamos por redes. Yo, desde La Habana, queriendo saber de ella, de su familia, de su barrio. Tratando de no ser invasiva, ni petulante, ni inoportuna en este momento de miedos y desesperanza. Eran alrededor de las nueve pm. 

Solo pregunté con cuidado, con el corazón en la garganta: “¿Estás bien, Betty?” Ella respondió con una sola frase: “Ya está siendo duro.” Si quieres y puedes compartir algo para poner en las redes solo me comentas, le dije. “Es un deber”, contestó. 

No habían pasado veinte minutos cuando ya tenía este testimonio que comparto desde las redes de Mujeres , con la premura de no perder la carga en este apagón. Un testimonio corto, sí, pero contundente. Como quien sabe que la palabra también es abrigo, registro y resistencia.

“Desde horas de la mañana llueve intermitentemente en Santiago de Cuba. Las lluvias se volvieron más intensas y constantes pasado el mediodía. En los rostros de las personas había calma aparente, pero todos recordaban y hablaban de Sandy. Es lo más cerca que hemos tenido los santiagueros de un huracán de gran impacto: 

¡La noche, ay, la noche! La noche con lluvias. La noche con inundaciones. La noche con vecinos clamando porque el agua ya ocupaba los primeros pisos de sus viviendas e incomunicaba cuadras enteras. Y con la noche también llegan las noticias de derrumbes, de atrapamientos, de deslizamiento de tierra y crecidas de ríos como lo ocurrido en el poblado santiaguero de El Cobre y del cual ya llegan noticias a través de las redes sociales.

“Y con la noche, el horario preferido de Sandy y ahora de Melissa, llegan las fuertes ráfagas de vientos que auguran a todos los santiagueros que tendremos una noche larga, tan larga y dura como la del 25 de octubre de 2012.“

Ruge la naturaleza. Ruge.

Pero también ruge la memoria, la dignidad, la voz de una periodista que, en medio del agua, el viento y la incertidumbre, escribe. Porque escribir es cuidar. Porque contar es sostener. Porque nombrar es resistir.

Gracias @Beatriz Vaillant por hacer del deber, un gesto de amor.

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